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«Ya no podía aguantar más»: el relato de la joven secuestrada 18 días en el Catatumbo

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A pocas horas de cumplirse 18 días del secuestro de la estudiante Silvia Juliana Carvajal Montaño, la joven fue liberada a pocos kilómetros del lugar en que fue plagiada (en el Catatumbo) por hombres armados. Su papá relata cómo fue el reencuentro con su hija y el terror que padeció por dos semanas.

Aunque los padres de la joven denunciaron el caso ante las autoridades y la noticia se conoció ampliamente, lo vivido desde el viernes 10 de noviembre en la mañana fueron días de angustia y desesperación al no recibir llamada que permitiera conocer quién y por qué se habían llevado a su hija menor.

El silencio de los secuestradores durante los primeros días y las posteriores pruebas de supervivencia con imágenes en las que la joven era amenazada con un cuchillo, mantuvieron con zozobra y al borde del colapso a toda la familia.

Uno de sus compañeros, quien conducía el vehículo que fue interceptado a escasos minutos del casco urbano de Sardinata, contó que los hombres armados identificaron a Silvia y en medio de disparos al aire la subieron a una motocicleta.

«Siempre estuvo encadenada»

“Estos días fueron trágicos para mí, una pesadilla. Yo evadía las comidas y dormía poco. Intentaba ser fuerte, pero a veces me imaginaba el sufrimiento de mi hija y pensaba cosas negativas. Fue un proceso perturbador”, contó Neil Carvajal Suárez, padre de la joven.

De acuerdo con el testimonio de Silvia Juliana, después de ser obligada a subirse en la motocicleta la vendaron con un trapo y la encadenaron en tres viviendas durante los primeros siete días.

“Mi hija siempre estuvo encadenada y la obligaron a caminar ocho horas por una montaña hasta llegar a una piedra grande donde la mantuvieron. La tenían con los ojos vendados, y cuando le quitaban el trapo la amenazaban con armas para que agachara la cabeza”, afirmó el papá.

Los nervios y la desesperación de Silvia Juliana la llevaron a comerse las uñas. Tras la liberación dijo a su familia que no recibió golpes, pero sí amenazas con cuchillos afilados, armas de fuego, y una constante oleada de insultos y maltrato psicológico.

“Ya no podía aguantar más la presión, lo fuerte que era estar allá”, contó Silvia a su papá, quien precisó que la joven será evaluada por un equipo médico en una clínica de Cúcuta.

Silvia presenta picaduras de insectos y lesiones en las muñecas.

Silvia Carvajal, secuestrada en la vía a Sardinata. Foto: Suministrada a EL TIEMPO

¿Cómo fue la liberación?

Aunque las autoridades no entregaron más información sobre el caso, todo parece indicar que la retención se habría perpetrado con fines extorsivos, y habrían obligado a la familia a pagar una suma de dinero.

Neil Carvajal, padre de la joven, narró las horas previas a la liberación y reencuentro con su hija. Explicó que durante los últimos días mantuvieron diálogos con los plagiarios, quienes finalmente accedieron a dejar en libertad a Silvia Juliana.

La joven caminó horas -sin saber que iba a recobrar la libertad- por una montaña y en otros trayectos la subieron a una mula. Luego cruzaron un potrero hasta llegar a un sitio en el que la subieron a una motocicleta.

“La moto la dejó cerca de una carretera, le hicieron muchas amenazas, que la iban a matar y le dijeron que se quedara ahí por media hora. Después de eso, ella se levantó y empezó a correr casi descalza por la carretera en medio de la noche. Estaba muy asustada, pero logró ver unas luces de una empresa cerca de La Angelita”, dijo Neil.

Silvia se acercó a un vigilante y le suplicó que le prestara su celular para llamar a su familia. Al recibir la buena noticia, su papá le pidió que no se moviera del lugar y contactó de inmediato a un tío de la joven, quien estaba cerca del sitio y fue de inmediato a recogerla.

“Volver a abrazarla fue la felicidad más grande del mundo. Estábamos contentos y preocupados por su salud, por verla con una ropa muy deteriorada. No pudo bañarse por varios días y cuando se lo permitían tenía que hacerlo delante de los hombres que la vigilaban”, explicó Neil.

La joven estudiante permanece en Cúcuta con sus familiares cercanos. Sus padres deberán consultar con la Universidad Industrial de Santander la ruta de atención psicológica y el protocolo académico para poder culminar el cuarto semestre de Bacteriología.

“Estoy agradecido con todas las personas que se solidarizaron, uno queda traumatizado después de lo que hemos vivido. Espero que este flagelo no toque a ninguna familia más y que todos los secuestrados regresen a sus casas», dijo Neil Carvajal.

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