El recuento de los votos de los españoles que viven en el extranjero en las elecciones legislativas del 23 de julio le quitó un diputado a los socialistas, y aunque siguen siendo favoritos para formar gobierno, tienen ante sí un nuevo obstáculo.
En unas elecciones ajustadísimas, el presidente del gobierno saliente, el socialista Pedro Sánchez, necesita ahora que los siete diputados independentistas catalanes del partido Junts per Catalunya (JxCat), los más reacios a apoyar a un gobierno nacional, voten a favor de su investidura, cuando antes bastaba con su abstención.
El recuento, que empezó el viernes y terminó este sábado, le otorgó al Partido Popular (PP, conservadores) un escaño por la circunscripción de Madrid inicialmente atribuido a los socialistas solamente por 1.749 votos, una diferencia superada gracias al voto de los españoles en el extranjero.
De este modo, los socialistas pasan de 122 a 121 diputados y el PP de Alberto Núñez Feijóo de 136 a 137, ambos aún lejos de los 176 escaños que les darían mayoría absoluta en el Congreso.
De los 2,3 millones de expatriados inscritos en el censo electoral, algo más de 233.000 (alrededor de 10%) votaron el 23 de julio, por correo o acudiendo al consulado español en su país de residencia.
Sin embargo, su voto ha bastado para dar un vuelco al equilibrio de fuerzas entre los dos bloques ideológicos: 171 diputados para la izquierda y 172 para la derecha.
Escasos partidos quieren arropar a un Núnez Feijóo cuya investidura depende de los 33 diputados de la extrema derecha de Vox.
Pero ahora Sánchez necesita a cualquier precio el apoyo de los siete diputados de Carles Puigdemont, el líder independentista refugiado en Bélgica desde el fracaso de la intentona independentista de 2017, para ser elegido por mayoría simple en una segunda votación de investidura.
El partido de Puigdemont «tendrá que decidir si prefiere un gobierno progresista o unir sus votos al Partido Popular y a Vox para que haya un gobierno de derechas con la ultraderecha», señaló este sábado Patxi López, portavoz socialista en el Congreso.
Desde Bruselas, Puigdemont supeditó sus votos a Sánchez a que se negocie una resolución del «conflicto como el que existe entre Cataluña y España», aunque pidió que las tratativas se den sin «presión», con «discreción» y «prudencia», en un mensaje en la red social Twitter, rebautizada X.
Si ninguno de los dos bloques logra una mayoría para formar gobierno, el país se verá obligado a repetir elecciones, probablemente a finales de año, como ya ocurrió en 2016 y 2019.