Diego acompaña todos los días a su mamá.
Julia, madre del bebé, se dedica a vender bolsas para basura y artículos de limpieza en una de las zonas exclusivas de Bogotá.
Ella llegó a Colombia hace dos años, Diego nació hace nueve meses.
«No sé qué trámite debo hacer, ni dónde lo debo inscribir», señala la mujer a BBC Mundo.
El pequeño es uno de los más de 20.000 casos de bebés hijos de migrantes venezolanos en Colombia que no tienen nacionalidad.
Los niños apátridas son un tema de «alta preocupación» para organismos internacionales como la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), que sostiene que medidas urgentes se deben tomar en esta clase de situaciones.
Los bebés
De acuerdo a la dirección de Migración en Colombia, 1.260.594 ciudadanos de Venezuela se encuentran en este país.
Producto de este alto flujo migratorio, nunca antes visto, es que existen más de 20.000 recién nacidos en territorio colombiano hijos de venezolanos migrantes.
Según la normativa, no basta con nacer en Colombia para adquirir la nacionalidad y por ello se generó el caso de los niños apátridas.
El éxodo masivo de venezolanos es atribuido a la crisis económica y escasez que se vive en ese país.
El caso de Diego es uno de ellos, hijo de una pareja que es parte de la enorme diáspora venezolana.
Ellos viven en un barrio en el sur de Bogotá, lejos de los restaurantes exclusivos y enormes centros comerciales de la capital de Colombia.
«Si nada cambia, ojalá le permitan estudiar aquí. Que crezca», dice mamá Julia.
«Paren de parir»
El tema generó especial controversia esta semana en Colombia a raíz de la columna «Paren de parir» publicada en el periódico El Tiempo -el más importante del país- por la periodista Claudia Palacios, expresentadora de CNN en español, que causó una tormenta en las redes sociales y fue calificada de «xenófoba», «eugenésica» y hasta «fascista».
En el artículo, Palacios dice que el gobierno colombiana debe hacer del control de la natalidad de los inmigrantes venezolanos una prioridad de su estrategia migratoria. Y agrega:
«Pero, queridos venezolanos, acá no es como en su país, y qué bueno que no lo es, pues a punta de subsidios el socialismo del siglo XXI convirtió en paupérrimo al más rico país de la región. Así que la mejor manera de ser bien recibidos es tener conciencia de que, a pesar de los problemas internos, Colombia se las ha arreglado como ningún país para recibirlos, pero si ustedes se siguen reproduciendo como lo están haciendo, sería aún más difícil verlos como oportunidad para el desarrollo que como problema».
Muchos lectores le recordaron a la periodista los millones de colombianos que en su momento buscaron refugio en Venezuela, donde muchos tuvieron hijos.
La periodista (que también tuvo algunas voces de apoyo) se defendió en Twitter escribiendo «no he desconocido la acogida que dio Venezuela a los colombianos, pero ese no es el punto. El punto es que la migración masiva en condiciones tan vulnerables no es el contexto idóneo para tener hijos. Hay responsabilidades individuales y estatales, de eso se trata mi columna».
Desamparo
Tanto ACNUR como otras entidades no gubernamentales alertan que los bebés apátridas son un tema pendiente en Colombia.
«Recomendamos, sea cual sea el camino que las autoridades colombianas decidan seguir, ya sea una ley o un decreto, el mecanismo permita resolver los casos», señala Juan Ignacio Mondelli, responsable de protección de la oficina regional de ACNUR.
.
El organismo internacional indica que los hijos de migrantes pueden quedar sin múltiples derechos de por vida como salud o educación.
«Viven en las sombras y, en la práctica, son excluidos», concluye el funcionario del organismo internacional.
Naciones Unidas no es la única entidad que expresa su preocupación sobre el caso.
La Defensoría del Pueblo de Colombia también pide a las autoridades de este país que aborden el tema.
«La complejidad del fenómeno y las problemáticas derivadas del mismo en la garantía de los derechos de quienes presentan mayor grado de vulnerabilidad, como los niños y las niñas migrantes, tales como el riesgo de apatrida, la desnutrición, la falta de acceso a escuelas y a servicios de salud, entre otros, dan cuenta de la necesidad de que las autoridades nacionales actúen pronto con el fin de evitar perjuicios irremediables», señaló la entidad a BBC Mundo.
La Defensoría añade que «muchos menores de edad nacidos en nuestro país no cuentan con nacionalidad, lo que deriva en la imposibilidad del acceso y garantía de sus derechos fundamentales, incrementando con ello la vulnerabilidad de esta población».
Jorge
Bogotá y el departamento fronterizo de Norte de Santander son los dos destinos más usuales para la diáspora venezolana.
Más de 270.000 migrantes se establecieron en la capital colombiana, mientras que 176.695 personas del país vecino están ubicados en la zona de frontera, fundamentalmente en la ciudad de Cúcuta.
María, la mamá de Jorge, es una de ellas. Venezolana que cruzó la frontera porque su embarazo era peligroso y después de dar a luz decidió quedarse en Colombia.
El bebé nació en febrero de este año y tuvo que recibir cuidados especiales por su poco peso y débil estado.
«Yo no sé si será colombiano o venezolano, pero quiero que esté sanito», afirmó la madre desde la sala de pediatría del hospital público de Cúcuta.
María relata que su esposo intenta salir de Venezuela para reunirse, pero que todavía necesita juntar más dinero.
Mientras tanto ella se queda con una prima que vive en Cúcuta desde hace un par de años.
Espera empezar a trabajar en una panadería.
¿Por qué no son colombianos?
A diferencia de otros países de Latinoamérica o de Estados Unidos, el nacimiento en territorio no otorga nacionalidad en Colombia.
Entre 2017 y 2019 más de 3.300 recién nacidos hijos de migrantes venezolanos fueron inscritos en este país, pero no por ello adquirieron la cualidad de colombianos.
Carlos Negret, Defensor del Pueblo, señala que por ello es necesaria una ley que permita «a los niños poder obtener la nacionalidad por adopción».
«En este momento estos niños están en un limbo jurídico. No vemos, desde la Defensoría, que la situación en Venezuela vaya a mejorar y por eso los niños seguirán en esta situación», afirmó la autoridad.
La entidad colombiana presentó en abril un proyecto de ley ante el Congreso para que todos los bebés de migrantes venezolanos nacidos en Colombia puedan adquirir la nacionalidad de este país.
«La cifra de menores en esta situación es sumamente grave. Tenemos que cercenar, acabar el mal manejo que hay con estos niños», indicó Negret.
El Defensor señaló que esta situación debe «rebasar cualquier tipo de tinte político».
El futuro
Julia y María coinciden en que les gustaría volver a Venezuela, pero no saben cuándo será eso posible.
Mientras tanto, esperan encontrar en Colombia apoyo para que sus hijos tengan salud y educación.
Ellas recibieron atención en el sistema público de hospitales, pero saben que como sus hijos no son colombianos no podrán acceder a atenciones médicas en caso de que tengan algún problema.
A principios de junio, el presidente Iván Duque sostuvo una reunión con emisarios de ACNUR para tratar el creciente problema de los bebés apátridas.
El gobierno señaló que se tomarían medidas para evitar que los menores queden en situación de desamparo, pero todavía no anunció cuáles serán.
Por su parte, la actriz estadounidense Angelina Jolie, embajadora de ACNUR, también manifestó su preocupación por el tema en su reciente visita a Colombia.
«El presidente y yo hablamos sobre el riesgo que más de 20.000 niños venezolanos se conviertan en apátridas, y tenemos el compromiso de apoyarlos», dijo Jolie.
Mientras el Congreso y el gobierno debaten posibles soluciones a este inesperado conflicto, Julia y María cuidan a Diego y Jorge.
Julia se mantiene en una calle bogotana rodeada de restaurantes ofreciendo sus productos de limpieza incluso cuando llueve, mientras María permanece en Cúcuta.
Sus hijos, nacidos en medio de su éxodo, son su motivo para no desistir.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional