Antes de que la humanidad quedara confinada por la propagación del coronavirus, una de cada tres mujeres sufrió violencia a lo largo de su vida, según ONU Mujeres. Los resultados agregan que alrededor de 243 millones de mujeres, entre 15 a 49 años de edad, padecieron violencia sexual o física por parte de su pareja en el último año, afirma el organismo.
Bajo este escenario, el hogar sigue siendo el principal lugar donde ocurre este tipo de violencia, y mucho más durante la cuarentena mundial, tal como lo habían advertido en el pasado organizaciones de la sociedad civil, cuya preocupación es compartida por organismos internacionales. De modo que el llamado de las autoridades a quedarse en casa expuso a las mujeres a condiciones de mayor peligro que el propio contagio del covid-19. En confinamiento las mujeres fueron sometidas a mayores niveles de crueldad a manos de sus agresores.
Estos aspectos forman parte de la investigación Violencia contra las mujeres: la pandemia invisible, estudio que evalúo la situación de las mujeres en la etapa de confinamiento en 21 países de la región y que incluye a España.
Uno de los principales hallazgos es que en este tiempo de cuarentena mundial hubo un aumento de la crueldad y letalidad por parte de los agresores hacia las víctimas en los diversos casos de violencia registrados, coinciden investigadores, autoridades y organizaciones defensoras de los derechos de la mujer consultadas en este trabajo.
Entre las víctimas destacan menores edad y las poblaciones en comunidades rurales, indígenas, migrantes y afrodescendientes, quienes se encuentran entre las más afectadas.
Violencia contra las mujeres: la investigación
Durante 106 días de confinamiento, el equipo de #PandemiaInvisible pudo contabilizar 2.403 muertes violentas de mujeres en 20 países de América Latina y España en un amplio y detallado trabajo que incluye testimonios de las víctimas y evidencias de los diferentes tipos de violencia a los que cada una estuvo expuesta, según una nota de prensa.
Asimismo, se pudo observar un incremento en las llamadas de emergencia tanto en las líneas puestas en marcha por los Estados como en aquellas habilitadas por la sociedad civil. Sin embargo, esta incidencia no llegó a reflejarse en el número de denuncias que efectivamente recibieron las fiscalías, procuradurías, ministerios públicos o cuerpos policiacos; una situación que los especialistas atribuyen a factores como la cercanía de la víctimas con el agresor las 24 horas del día y el temor a contagiarse de covid-19, entre otros.
Esta investigación permitió evidenciar las carencias que ya persistían en los países antes del confinamiento para atender el problema de la violencia de género que ya registraba alarmantes cifras en 2019 en todos los países de la región.
Tiempos de cuarentena
En tiempos de cuarentena se pudo observar que los Estados ofrecieron servicios de acompañamiento psicológico y legal a las víctimas, sin embargo, la atención al covid-19 tuvo prioridad por encima de las denuncias; una responsabilidad que recayó, en mayor medida, en manos de organizaciones de la sociedad civil.
La investigación también comprende una serie de recomendaciones ofrecidas por expertos y activistas tanto para quienes viven este flagelo como para quienes conocen a alguien que lo sufre, así como los perfiles de la víctima y el agresor.
El estudio fue realizado en alianza los medios de comunicación social Te Lo Cuento News (Estados Unidos), La Lupa (Nicaragua), Expediente Político (México), Periódico La Cuerda y Asociación La Cuerda (Guatemala), La Tribuna de Todos (Venezuela), y Revista La Brújula (El Salvador).