Al menos 41% de las víctimas de la trata de personas en Colombia son mujeres venezolanas, así lo establecen cifras de diferentes organizaciones neogranadinas.En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, se hace crucial reflexionar al respecto, aseguran expertos en la materia.
Betty Pedraza Lozano, directora de Corporación Espacios de Mujer, afirma que la migración forzada es una clave significativa de la problemática. Esto aumenta la vulnerabilidad de las personas ya que la trata de blancas es un delito que viola derechos humanos y explota a sus víctimas.
«Llegar a un país donde no se tiene muchas garantías, donde no se tienen los permisos, pone a la gente en una condición de aceptar cualquier oferta. Cualquier posibilidad para vivir, para poder sobrevivir», dice Lozano.
Un flagelo de nunca acabar
Por su parte, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) estima que al menos 25 millones de personas son víctimas de trata en todo el mundo. Este flagelo no conoce fronteras.
Mientras, el Ministerio de Exterior de Colombia informó recientemente que 41% de las víctimas de trata en Colombia son mujeres venezolanas.
La búsqueda de mejor calidad de vida influye en las migraciones donde se corre el riesgo de ser víctima de estas mafias de trata de personas. Muchos individuos, desesperados, huyen de la pobreza, la violencia, conflictos armados o desastres naturales en sus países de origen.
Por eso se arriesgan a emprender viajes peligrosos y caen en manos de traficantes. Estos sujetos les prometen una vida mejor en destinos de acogida, pero resultan ser estafados.
Las mujeres y los niños son los grupos más afectados por la trata de personas en el contexto migratorio. Las víctimas se ven expuestas a la explotación sexual comercial, el trabajo forzado y la servidumbre doméstica. Estas son algunas de las formas más comunes de abuso que enfrentan estas víctimas.
Promesas falsas
«A muchas mujeres les ofrecen venir a Colombia, que aquí hay trabajo, pero estando aquí se dan cuenta de que, en algunas ocasiones, se trata de un engaño», dice Pedraza.
«Para algunas que le salió fue irse para otros países, para otras partes, para Panamá, para México, y efectivamente fueron víctimas de trata de personas».
Los desplazamientos forzados por crisis humanitarias también influyen en la migración y búsqueda de asilo.
Quienes buscan protección en países extranjeros se enfrentan a una mayor vulnerabilidad ante traficantes sin escrúpulos. La mayoría de ellos se aprovechan de la situación de desamparo y desesperación de los migrantes.
Sin embargo, diferentes fundaciones de sociedad civil se dedican a la orientación y lucha en contra de la trata de personas.
«Realizamos procesos de información y sensibilización en el tema con la población en general. También realizamos procesos de capacitación con funcionarios públicos y profesionales que realizan atención a población vulnerable», concluye Pedraza.
Estas organizaciones se esfuerzan para mejorar los sistemas de detección y protección de víctimas. Igualmnte, buscan la implementación de programas de asistencia y reintegración para sobrevivientes. Estas acciones son de vital importancia para prevenir la trata y brindar apoyo a aquellos que han sido afectados.
Con información de Migra Venezuela