El estrés que provoca la migración quedó olvidado por un día, gracias al fútbol. Venezuela se llevó la Copa América Migrante realizada este jueves en la fronteriza Ciudad Juárez, que desde hace dos años se ha convertido en un lugar de flujo de personas en situación de tráfico.
Migrantes procedentes de Venezuela, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Perú y México varados en Juárez sudaron la camiseta a 40 grados centígrados para poner en alto el nombre de sus países.
Gritos, porras, sudor, contactos fuertes, reclamos al árbitro y mucha pasión. Por un momento olvidaron el duro y peligroso camino que han vivido para llegar desde Centroamérica hasta esta frontera con Estados Unidos, y se sintieron protagonistas de un mundial migrante.
El primer gol fue de Cuba contra México, que quedó eliminado en la primera ronda.
“Despejarnos un poquito la mente, ya que estamos lejos de la familia y estamos pasando por un momento duro, pero sabemos que todo se va a arreglar (…) gracias a las organizaciones que están acá que han estado pendiente de nosotros y nos han regalado este momento importante para todos, para el grupo para salir a distraernos, a despejar la mente en equipo”, dijo Jesús Colmenares, de Venezuela vistiendo los colores de su equipo.
Copa migrante
Los migrantes vistieron con orgullo las casacas de su país. Tras meses de esconder su nacionalidad en un furtivo camino lleno de dificultades, pudieron alzar la frente con los colores de su patria.
“Llegar a México y tener una camiseta representando a Venezuela significa mucho para mí, esperamos poner a nuestro país en alto y representarlo como se merece”, señaló Luis Armando Morales que salió de su Venezuela hace tres meses.
Por su parte Winston Álvarez, que llegó a esta mexicana ciudad fronteriza con Estados Unidos desde Colombia explicó que estas actividades «ayuda mucho a todos los migrantes. Todo lo que pasamos en el camino, angustias, desespero, todo, siempre buscamos un lugar para distraernos y así nos sentimos como aliviados en el deporte porque es un deporte muy bonito”.
Santiago González Reyes, el director de Derechos Humanos del municipio de Ciudad Juárez dijo que el objetivo es lograr que los migrantes sean vistos como iguales por la población, y ayudarlos a bajar el estrés migratorio.
“Hay que reconocer que el proceso migratorio genera un estrés, están en la última etapa, están buscando cómo ingresar a Estados Unidos que es el objetivo de ellos y eso le genera circunstancias muy complicadas”, indicó el funcionario municipal.
También, agregó que para la población local hay complicaciones y «lo que buscamos es también generar una integración de la población que está en movilidad, una integración y una interculturalidad, ver que tenemos más coincidencias que diferencias”.
El mejor equipo de cada uno de los dos grupos pasó directo a la final. El himno de Venezuela fue coreado a capela cuando el país se metió a la final contra Guatemala. También hubo porras y rechiflas contra su actual Gobierno.
“La idea de esto es unión, jugar en equipo, si el equipo tiene un error entre todos trata de remediarlo, si alguien comete un error darle ánimos y levantarlo entonces, eso une a las personas, diferentemente de que vengamos de Honduras, Guatemala, Venezuela, todos pertenecemos a un equipo y entre todos nos ayudamos”, refirió Luis Armando Morales.
Tras un marcador de 0-0 en tiempo regular, Venezuela venció a Guatemala 3-0 en penales. La pasión se desbordó sin llegar los golpes.
El venezolano Diego Rafael Pérez se ganó a pulso el título de jugador más valioso del torneo al bloquear todos los penales de Guatemala. Los venezolanos no fallaron ni uno solo, lo que los llevó a la victoria. El festejo fue inmediato y escandaloso, con saltos al unísono mientras recibían la copa.
“Esto es felicidad mi hermano, es casi como cruzar la frontera”, manifestó un venezolano entre la celebración.
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