Un asunto que no ha dejado de tomarse en la agenda de política exterior de Chile es el conflicto político de Venezuela, derivado del proclamado triunfo de Nicolás Maduro.
El tema fue abordado este jueves por el canciller Alberto Van Klaveren con su homóloga de México, Alicia Bárcena, en una reunión por la VIII Reunión del Consejo del Acuerdo de Asociación Estratégica Chile México, y por la conmemoración de los 25 años del TLC Chile/México.
El diálogo entre ambos se da en medio de los esfuerzos por mediar una salida negociada entre Maduro y la oposición de los presidentes Andrés Manuel López Obrador (México), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia). Un día antes, el presidente Gabriel Boric también sostuvo una reunión con Bárcena en su despacho, de la cual reveló que «aprovechamos la ocasión para discutir otros temas contingentes de nuestra América».
Esa misma jornada, el mandatario dio un voto de confianza a las negociaciones que encabeza el presidente de Brasil para lograr que el líder chavista pacte un acuerdo con la oposición. «Yo confío en los esfuerzos que están haciendo países que tienen capacidad de negociación y diálogo con las diferentes partes involucradas», sostuvo este miércoles, tras la visita de Estado de Lula a Chile.
Bajo ese escenario, las derivadas del conflicto venezolano siguen generando esquirlas a nivel nacional. La ola migratoria que puede devenir de la permanencia de Maduro en el poder es una cuestión por la que ha sido requerido el Ejecutivo. En tanto, la UDI pidió al gobierno otorgar la nacionalidad por gracia a siete venezolanos residentes en Chile que son perseguidos por el régimen, lo que terminó siendo desestimado por la ministra de la Segegob, Camila Vallejo.
«Nosotros hoy día además tenemos una prioridad y una urgencia, que es el reforzamiento de las fronteras», sostuvo este jueves, advirtiendo que el gobierno no puede hacer «ofrecimientos a priori de este tipo, que generen a lo mejor un incentivo a mayor migración, porque tenemos capacidades que son limitadas como país».
Debate
Con todo, la confianza depositada por el mandatario chileno a una salida pactada en Venezuela provoca opiniones encontradas en torno a la efectividad de las tratativas que lidere Lula.
«Valoro la disposición de países como Brasil, México y Colombia para generar una mediación útil entre el régimen de Maduro y la oposición. En la misma línea, Estados Unidos respalda ese diálogo», sostuvo el senador e integrante de la comisión de RR EE del Senado, Juan Ignacio Latorre (FA).
«Yo creo que a todos nos conviene que se vaya desescalando el conflicto en Venezuela, que haya una transición pacífica y democrática, y particularmente a Chile le preocupa, y es algo que está llevando Cancillería, las posibles oleadas migratorias, y para eso se requiere un diálogo regional con países como Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, para poder prevenir y enfrentar de mejor manera, como se hizo en el pasado, las posibles oleadas migratorias», añadió.
A su vez, el diputado que integra la comisión de RR EE de la Cámara, Diego Schalper, consideró que «el presidente Boric tiene una responsabilidad muy importante que es presionar al tridente Lula, Petro y López Obrador para que realmente influyan en que Nicolás Maduro reconozca su derrota, entregue el poder y se inicie una transición democrática en Venezuela».
«La verdad es que lo único valioso es que los venezolanos encuentren el reconocimiento de que Edmundo González ganó, es evidente que el presidente de la República, cuando dice que ha perdido Nicolás Maduro, en los hechos de estar reconociendo que el ganador es Edmundo González y, por lo tanto, lo que a mí me importa políticamente e internacionalmente es que el presidente Boric se la juegue para que sean los venezolanos los que establezcan el inicio del mandato presidencial de Edmundo González».
«Un contrasentido»
Distinto en el planteamiento que hace la investigadora senior de AthenaLab, Paz Zárate. «Boric efectivamente está respaldando a Lula, entiendo, a petición del mismo Lula», afirmó, reparando que «estas negociaciones no llevarán a nada».
«Lula lleva agua a su propio molino. Sus esfuerzos ‘negociadores’ previos no han rendido fruto: ni en Ucrania ni respecto a la anexión administrativa de parte de Guyana por parte de Maduro ocurrida en diciembre pasado. ¿Por qué lo harían ahora?»
Asimismo, señaló que «en ninguno de estos conflictos es parte neutral: respecto a Rusia, Brasil es el comprador número uno de su petróleo y fertilizantes, y respecto a Venezuela, es pública su defensa pública de Maduro, al que ha presentado como víctima de una narrativa infundada».
«Dado que el presidente Boric, correctamente, ha debido enfrentar a Lula públicamente respecto a Venezuela, respaldarlo en intentos negociadores, que probablemente no conduzcan a nada y que están probablemente empujados por una búsqueda de protagonismo, puede verse como un contrasentido», remató.
En tanto, el excanciller Heraldo Muñoz descartó que la postura de Boric de apoyar las tratativas que encabeza Lula y, a la vez, reconocer el fraude de la proclamada victoria de Maduro radique en una ambivalencia.
«La posición que ha reiterado el presidente Boric es contundente y coherente. Sostiene que Maduro intentó cometer un fraude, no reconoce resultados electorales no creíbles, insiste en que solo se aceptarán resultados verificables internacionalmente, y respalda una mediación de Brasil junto a Colombia y México. Por lo demás, es lo que han manifestado los propios líderes opositores, Edmundo González y María Corina Machado», adujo.
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