Venezuela mira al norte y se une a El Salvador, Haití, Honduras y Nicaragua para formar el quinteto de países latinoamericanos beneficiados por el Estatus de Protección Temporal (TPS) que EE UU otorga a ciudadanos de naciones azotadas por desastres naturales, conflictos bélicos, políticos o sociales y situaciones que requieren especial atención.
Sin condiciones
La decisión del gobierno de Joe Biden, hecha pública el lunes, beneficiará a unas 323.000 personas. Además, tensa un poco más las relaciones entre EE UU y el régimen venezolanos, pues el mandatario estadounidense considera que en el país no se dan las condiciones para que los venezolanos puedan volver de manera segura.
Y para el régimen de Nicolás Maduro esas condiciones no existen precisamente por culpa de las sanciones que el Ejecutivo estadounidense le ha impuesto en los últimos años y que impiden que acceda a cuentas y bienes depositados en la nación norteamericana.
Latinoamericanos con TPS en EE UU
Los venezolanos interesados en acogerse al TPS en EE UU cuentan con 180 días, a partir de este martes, para efectuar las gestiones que les permitirán beneficiarse del programa, que les dará el derecho a residir legalmente en el país durante al menos 18 meses en los que además contarán con permiso de trabajo.
Si las 323.000 personas con derecho a aspirar al beneficio migratorio se acogen a este, serán unos 735.000 latinoamericanos los que cuenten con el programa de protección. Actualmente hay inscritos 263.000 salvadoreños, 86.000 hondureños, 5.300 nicaragüenses y 58.000 haitianos.
Sin embargo, a diferencia del resto, a los venezolanos se les ha brindado esta posibilidad por la inseguridad generada en su país a consecuencia de una gestión política que, según EE UU, ha desembocado en una crisis extrema, en una nación que en la década de 1980 lideraba el ránking de los países más ricos de Latinoamérica.
Según el gobierno de Biden, «hay una compleja situación humanitaria con hambre extendida, malnutrición y la creciente presencia de grupos armados no estatales e infraestructuras en ruinas».
Nicaragua se benefició del TPS a finales de 1998, tras quedar arrasada por el huracán Mitch y dejar a miles de familias en la ruina. Por el mismo fenómeno entró en le programa migratorio Honduras, que recibió la aprobación por parte de EE UU a principios de 1999.
A El Salvador y Haití se les otorgó la entrada en el plan de protección temporal en 2001 y 2010, respectivamente. Esto debido a que se vieron asolados por sendos terremotos que dejaron sin vivienda y sin trabajo a miles de personas.
Latinoamérica, la gran beneficiada
El TPS no es un programa exclusivo para latinoamericanos, aunque por el número de ciudadanos acogidos por el plan podría parecer que es así.
Tres países africanos -Somalia, Sudán y Sudán del Sur- cuentan también con el estatus de protección con las mismas condiciones, tanto migratorias como laborales. Se unen otras tres naciones asiáticas: Siria, Yemen y Nepal. Entre los seis, aportan a EE UU 20.950 ciudadanos protegidos por el TPS.
A diferencia de Latinoamérica, los países africanos y asiáticos se convirtieron en acreedores del programa debido a conflictos bélicos o guerras civiles que dieron lugar a crisis humanitarias de largo recorrido y sin visos de solución, al menos, a corto plazo.
Los «tepesianos» de las 11 naciones recibieron con alivio la decisión de Biden. El presidente es más receptivo y empático con la situación de los extranjeros que viven en EE UU que su antecesor.
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