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Venezolanos llenan vacío en la mano de obra cafetera de Colombia

La mayor presencia de los ciudadanos es en las fincas de los Santanderes, pero ya están en todo el país vecino. Aseguran que reciben el mismo pago que los lugareños

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Mientras hace un año los cafeteros estaban más que preocupados por la escasez de recolectores del grano, pues la gente había dejado de hacerlo a cambio de vender minutos en las esquinas o emplearse en las obras de las vías 4G, este año los venezolanos son la oferta más abundante para esta cosecha que ya arrancó.

Esta se presenta hoy en los departamentos del llamado Eje Cafetero (Risaralda, Caldas y Quindío), Antioquia, los Santanderes, Huila, Magdalena y Cauca, entre otros.

Vale la pena destacar que este segundo semestre se recoge 55% de la cosecha nacional, mientras que en el primero se recolectó 45%.

“Este año serán más de 14,2 millones de sacos de café cosechados en el país”, reconoció el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez.

Acerca del tema, el dirigente gremial indicó que los venezolanos son bienvenidos al país como mano de obra, pues esto resulta en un ‘gana gana’ para las partes.

“Los cultivadores tienen una mayor oferta de mano de obra, mientras que ellos, bien trabajados, pueden lograr algo más de 300 dólares mensuales, un salario que ganan pocos en el vecino país”, dijo el gerente de la Federación.

La oferta de venezolanos más representativa está en los Santanderes, pues allí es común ver familias completas durmiendo a la intemperie y rebuscando qué hacer para procurarse su comida y abrigo.

Jorge Santos, representante por ese departamento ante el Comité Nacional de Cafeteros, indicó que “es impresionante la cantidad de inmigrantes ofreciéndose para la recolección en municipios como San Gil o El Socorro”.

El dirigente cafetero regional destacó que, de todos modos, es gente sin experiencia y que trabaja “en lo que sea”, con tal de lograr los ingresos para su supervivencia.

“En mi finca –dijo Santos–, 30% de la mano de obra es de ese país”, señaló.

Ahora, a medida que el país cafetero está más lejos de la frontera con Venezuela, el indicador de presencia de estas personas va disminuyendo; sin embargo, ya están pidiendo trabajo en las fincas de Huila y Cauca, afirmó Roberto Vélez.

Por el pago, tanto el gerente de la Federación como los demás líderes cafeteros consultados indicaron que no hay ninguna diferencia, pues a todos se les paga por igual.

Se tiene establecido que un recolector se hace unos 100 kilos diarios, por los cuales recibe un pago (promedio) de 40.000 pesos, lo mismo que cualquier colombiano que lo haga.

En Antioquia, al parecer, la oferta no es alta, pero sí evidente.

El líder cafetero José Fernando Montoya reconoció “casos esporádicos” en la zona suroeste de ese departamento, especialmente en los municipios de Andes, Ciudad Bolívar, Fredonia e Hispania.

De todos modos, en Antioquia ya circulan afiches en los que se busca mano de obra paras otros municipios como Abejorral, Betania, Betulia y Concordia.

“Le ofrecemos pago justo, excelente alojamiento, buena alimentación y buena pesa”, dicen los carteles que se distribuyen.

Por su parte, Alejandro Corrales, líder cafetero de Risaralda, indicó que allí hay una alta afluencia de recolectores venezolanos que participan directamente en las labores agrícolas.

“Pero también he visto que muchos dependientes de negocios (meseros, personal de aseo y porteros) son venezolanos que están reemplazando a los colombianos que se fueron a recoger café.

Corrales sostuvo que solo en el municipio de Santuario, en Risaralda, están censadas no menos de 250 personas de nacionalidad venezolana como recolectores del grano.

“Muchos no tienen el permiso especial de permanencia que reglamentó el gobierno, por lo que están en la economía informal, vendiendo arepas; tal es el caso de una abogada, exempleada de Pdvsa, quien llegó a Pereira en el 2016 a recoger café y ahora vende arepas en una esquina”, señaló Alejandro Corrales.

“En realidad, estamos frente a un problema estructural.

“Seguramente los venezolanos han contribuido a la cosecha y ayuda a la racionalización de los costos, pero nacen aquí varias preguntas: ¿hasta cuándo estarán? ¿Cuál es su indicador de eficiencia en la recolección?

“La recolección del grano representa 60% de los costos de producción de la caficultura”, dijo un miembro del Comité Nacional de Cafeteros en entrevista con El Tiempo.

Vale la pena señalar que la diáspora venezolana supera los 2 millones de personas (que han abandonado su país), de las cuales no se sabe cuántas habitan en Colombia.
“No sabemos cuántos recolectores de este país están acá, en Colombia”, precisó el gerente de la Federación.

Ahora, en las cuentas de la comandancia de la Regional 5 de la Policía Nacional, “diariamente entran al país entre 35.000 y 45.000 venezolanos, sin contar los que pasan por las trochas”, informó el mayor general Gustavo Moreno.

Solo en septiembre pasado, Migración Colombia reportó el ingreso legal de 79.306 venezolanos.

Ofertas para mecanizar

“La Federación sigue haciendo ingentes esfuerzos en mecanización de la cosecha pero esto lleva tiempo”, dijo la Federación.

Ahora, en respuesta a una convocatoria internacional se recibieron 64 propuestas de 15 países para optimizar la recolección de café.

La convocatoria pública, abierta el 10 de julio y cerrada ayer, busca identificar propuestas innovadoras, provenientes de grupos de emprendedores, investigadores y/o empresas que, mediante innovaciones creativas, científicas o tecnológicas, hagan más eficiente la recolección selectiva del grano en Colombia, manifestó el gremio.

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