«A partir de esta noche le doy al pueblo británico una sola instrucción: usted debe mantenerse en su casa». Finalmente Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, habló y, al parecer, entendió la magnitud de la pandemia del coronavirus que, hasta el lunes en la noche, se negaba a aceptar.
En un mensaje televisado en cadena nacional, el líder del Partido Conservador anunció una cuarentena por tres semanas, medida que se irá revisando en el tiempo, dijo. Los ciudadanos solo podrán salir de sus casas para abastecerse de comida, por cuestiones médicas, para asistir al trabajo si no hay otra opción y hacer ejercicio. Ordenó el cierre de todos los lugares que no sean farmacias y supermercados, y prohibió las reuniones de más de dos personas en lugares públicos.
«Para los británicos esto es totalmente nuevo y muy difícil de digerir, de entender», dice José Luis Vethencourt, ingeniero civil venezolano de 45 años de edad, quien desde hace 8 vive en Milton Keynes, ciudad de 184.506 habitantes al norte de Londres, con su esposa y su hija de 13 años.
Trabaja en el departamento de finanzas comerciales de una empresa del área de retail en Watford. «Mi función es dar soporte financiero», indica.
«Nunca pensaron los británicos que se iban a enfrentar a una situación así. Hasta el fin de semana las calles, los locales, todo estaba atiborrado de gente. Lo del coronavirus era algo lejano, con lo que incluso se hacían bromas», señala.
El viernes cumplirá dos semanas trabajando desde su casa, aunque no es una política que incentive la empresa en la que se desempeña. «Y un tema importante en este momento es la salud mental de la gente. Porque el británico necesita ir a trabajar, salir, y a veces en tu casa no tienes las condiciones más idóneas, la mejor silla, el mejor ambiente. Siento que la gente está emocionalmente afectada. Y el británico es de naturaleza distante, no habla mucho de sus problemas. Veamos qué nos deja esta coyuntura», afirma Vethencourt.
Hoy, asegura, la gente sí está preocupada. “Para nosotros los venezolanos no es tan difícil de entender. Aunque a mí me asombró ir al supermercado y no encontrar algunas cosas, entre ellas papel higiénico. Va a ser interesante ver cómo reaccionan en este país en los próximos días», manifiesta.
Hasta el lunes en la noche la estrategia de Johson era aceptar una oleada de contagios masivos por coronavirus para lograr la llamada inmunidad de grupo, totalmente criticada por la comunidad científica de su país. «El gobierno se dio cuenta de que con estas medidas iba a morir mucha gente y, además, estaban muy enfocados en el tema económico. No querían paralizar el país», asegura Vethencourt. Al día de hoy hay 6.650 contagiados por coronavirus en Reino Unido y 335 muertos.
Y finaliza: «A mí también me preocupa el tema económico. A largo plazo habrá una resaca terrible. Pero el pueblo confía en que las medidas serán para minimizar el impacto de la crisis que vendrá y para evitar que menos gente se contagie. Tarde, pero ojalá se logre».