Cúcuta mantuvo este jueves inalterada su rutina comercial y de puerta de entrada de inmigrantes venezolanos que ven con preocupación los ejercicios militares y el despliegue de un sistema de misiles en la frontera anunciado por Nicolás Maduro.
En esta ciudad de más de 700.000 habitantes, muchos de ellos venezolanos que llegan a diario para escapar de la crisis, los anuncios de Maduro no dejan de inquietar.
Hay quienes los ven como una bravuconada más de Maduro, como calificó este jueves el presidente colombiano, Iván Duque, el anuncio de que desplegará un sistema de misiles antiaéreos en la frontera del 10 al 28 de este mes.
Sin embargo, hay quienes temen que una mayor actividad militar les impida seguir pasando la frontera para suplir sus necesidades básicas en Cúcuta.
«Por supuesto que si Maduro pone el Ejército va a afectar porque podría haber un conflicto en pleno paso fronterizo. Eso va a afectar a todos los venezolanos que vamos a pie», dijo a Efe el comerciante venezolano Percy Bol, que hace fila en el centro de la ciudad para retirar dinero que familiares le enviaron del extranjero.
Hasta para recibir remesas los venezolanos tienen que ir a Cúcuta porque en su país no hay dinero suficiente para convertir en bolívares unos cuantos dólares.
Bol teme que las acciones militares de Maduro puedan ocasionar una guerra con Colombia. Lo considera un sinsentido no solo por la tragedia que eso supone, sino tambièn porque cerraría el paso hacia Cúcuta.
«La medida que va a tomar Maduro de poner el Ejército en la frontera es como iniciar o incentivar a una problemática más fuerte con Colombia. Es como una guerra que realmente no podemos tener con nuestros hermanos colombianos», añade.
El comerciante no duda de que en caso de un conflicto los que más sufrirán son los inmigrantes que llegan a Cúcuta.
«Nos están dando el apoyo. Nos están ayudando incondicionalmente para que los venezolanos podamos pasar a comprar mercancía, comida, porque realmente Cúcuta es la que nos está sosteniendo», afirma.
Colombia, un salvavidas
Tibisay Baptista, oriunda de Barquisimeto, estado Lara, pasa a diario a Cúcuta para ganarse la vida. Afirma que Colombia es un salvavidas que le ayuda a sobrellevar la difícil situación en Venezuela.
La mujer considera que es absurdo que el régimen de Maduro vea a Colombia como una amenaza. «Para mí ha sido un auxilio porque tengo cinco hijos estudiando. Todos los días me esfuerzo un poquito más y siempre me alcanza», dijo.
Con los diferentes trabajos que hace en Cúcuta, Baptista mantiene a sus hijos y así evita que abandonen sus estudios y se dediquen a la mendicidad.
Al igual que ella, son muchos los venezolanos que temen por las decisiones que tome Maduro.
Colombia y Venezuela comparten 2.219 kilómetros de frontera, escenario de constantes tensiones que nunca han llegado al enfrentamiento militar.
En los últimos días, Maduro afirma que un enfrentamiento puede ocurrir por la supuesta intención de Colombia de crear un conflicto.
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