«Al ver el resultado de estas elecciones directamente pensé en irme del país. No quiero quedarme acá esperando a que me pase otra vez lo mismo», dice Michell, una venezolana de 29 años que reside en Argentina desde hace cuatro. Los inmigrantes que escaparon del régimen de Nicolás Maduro y llegaron a la Argentina temen el regreso del kirchnerismo. El resultado de las PASO 2019 despertó entre ellos una gran incertidumbre, por la potencial vuelta al poder de líderes que consideran similares a los que gobiernan en Venezuela.
«Esto es algo que ya vivimos en Venezuela. Yo tengo esperanza. Pienso que el resultado del domingo pasado se va a revertir. Pero, de lo contrario, mi intención es irme de Argentina. Es que así comenzamos en Venezuela y mira cómo terminamos», agregó Michell.
Gabriela González es otra inmigrante venezolana. Ella tampoco ve con buenos ojos el regreso del kirchnerismo: «Si vuelven, habrá que lucharla. Pero yo no me quiero volver a ir, es muy duro emigrar. Igualmente tengo fe en que se revierta el resultado. La economía no está bien, pero se están colocando las bases firmes para que Argentina levante».
«Allá tenía un buen empleo, tenía departamento, pero me asustaban los secuestros, la falta de comida y de alimentos. Yo tengo dos hijos que cuando estábamos en Caracas tenían 3 y 13 años. Tenía miedo de que se enfermaran y que no hubiera antibióticos», agregó.
Solo en el primer trimestre de 2019 se radicaron en Argentina 40.000 venezolanos, una cifra significativa si se tiene en cuenta que en todo el año pasado fueron 70.531. En apenas tres meses ya entraron más de la mitad de los que ingresaron en 2018.
Según la Dirección Nacional de Migraciones, de 2012 a marzo de 2019 se otorgaron en total 170.000 residencias a venezolanos.
La cifra de los que llegan a la Argentina sube año tras año, tanto que en 2018 los venezolanos fueron la primera fuerza migratoria, superando por primera vez a los bolivianos y paraguayos, que siempre representaron el mayor flujo en Argentina. Una tendencia que podría modificarse a raíz del resultado de las elecciones del domingo pasado, y que también podría verse afectada por la devaluación de esta semana, ya que la mayoría de los venezolanos siguen enviando dinero a sus familiares que quedaron atrás.
La cercanía que tuvo Cristina Kirchner con la gestión de Hugo Chávez y de su sucesor, Nicolás Maduro, hace que los venezolanos vean al kirchnerismo y al chavismo como dos caras de una misma moneda. Para muchos, la migración fue traumática porque tuvieron que dejar empleos calificados, sufrieron la depreciación de la casa en la que vivían y temen por los familiares que aún permanecen allí y sufren la falta de medicamentos, alimentos y seguridad.
Victoria Maneiro es una abogada de Maracaibo que llegó a Buenos Aires en julio de 2015 junto con una familia amiga, que la trajo como niñera para cuidar a sus tres hijas. «Yo andaba allá de freelance. Me inscribí en 2014 en la Universidad del Zulia y no me alcanzaba el dinero, vivía con mis padres», dice. Desde abril de 2016, Victoria trabaja para una empresa que necesitaba una profesional que hablara portugués e inglés para hacer trabajos offshore ayudando a abogados de Estados Unidos e Inglaterra.
Maneiro, al igual que el resto, teme por el regreso del kirchnerismo. A los venezolanos que no están preocupados, o que creen que no sucederá lo que ocurre en Venezuela, les dice que es solo cuestión de tiempo. Ella ya está pensando en irse a Europa o Canadá, pero dentro de tres años. Dice que quiere migrar en forma ordenada, no como la última vez, cuando debió escapar de la escasez.
«Después de los resultados del domingo quedé muy preocupado. Me decepcionó y me preocupa. Nosotros venimos del caos total que producen los gobiernos populistas y no queremos pasar por lo mismo», dijo Alfredo Nessi, un ingeniero en sistemas de 29 años que llegó al país en marzo del año pasado y trabajó como delivery hasta que consiguió un puesto vinculado con su profesión.
«Tengo bien claro que si se mantiene este resultado en octubre, yo agarro, cierro mi maleta y me voy. Me iré a Nueva Zelanda o Australia. Ya lo hice y no tengo miedo de volver a hacerlo. Trabajando todo se puede. Pero si gana Cristina no quiero estar en la Argentina. Esos tipos de gobiernos no terminan bien. Ojalá se pueda revertir la situación en las urnas», dijo otro inmigrante venezolano que prefirió resguardar su identidad.