Hong Kong informó el viernes de un recrudecimiento de la epidemia de coronavirus en sus cárceles, donde están encerrados cientos de activistas políticos y manifestantes, con más de 200 detenidos infectados.
Según las estadísticas del jueves, los centros de detención contabilizaron 202 casos confirmados y 135 positivos preliminares, es decir un número multiplicado por 20 en casi una semana.
«Se espera que se descubran más casos en la próxima semana», indicaron las autoridades, añadiendo que se habían encontrado focos de contagio entre el personal penitenciario.
Las visitas están suspendidas desde principios de febrero y se ha asignado un centro de detención para el aislamiento de los presos infectados.
La ciudad está plagada de su peor ola de covid-19, registrando miles de casos cada día, con hospitales sobrecargados y un gobierno anticuado que se esfuerza por aislar a cada persona infectada.
Entre los 7.200 detenidos actuales se encuentran numerosos militantes prodemocracia, detenidos después de las inmensas y a veces violentas manifestaciones de 2019.
China ha promocionado durante mucho tiempo la estrategia «cero covid», a la que Hong Kong adhirió desde el comienzo de la pandemia, manteniendo las infecciones en un nivel bajo gracias a fronteras ampliamente cerradas y aislando a todos los pacientes.
Pero desde que la variante ómicron forzó estas barreras a principios de enero, la ciudad densamente poblada ha registrado más de 55.000 casos, contra 12.000 en los dos primeros años de pandemia.
El número real de personas infectadas podría estar cerca de 200.000, estimó el antiguo responsable de la autoridad hospitalaria Leung Pak Yin.
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