Alrededor de 7.600 menores huyen de sus casas a diario por la guerra que estalló a mediados de abril entre el Ejército regular y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en Sudán, lo que ha provocado «la crisis de niños desplazados más grande del mundo», informó hoy la ONG Save the Children.
«Alrededor de 7.600 niños huyen de sus casas a diario en Sudán en el séptimo mes de conflicto causando horror y estragos en la mayor parte del país con una octava parte de los menores desplazados actualmente», lo que significa 3 millones, afirmó la ONG.
Explicó en un comunicado que decenas de estos desplazados buscaron ayuda urgente al personal médico y de protección de Save The Children por haber sido expuestos a «una horrorosa violencia sexual, heridas que les ha cambiado la vida o agudos trastornos psicológicos».
Afirmó que Sudán es escenario de «la mayor crisis de niños desplazados, con el desplazamiento de tres millones de ellos, de una población de casi 23 millones de menores, huyeron la violencia desde mediados de abril de 2023 para buscar refugio en los campamentos, escuelas, centros de desplazados o a casas llenas con familiares».
Los datos más recientes estimaron que unos 350.000 se desplazaron entre principios de octubre y el 15 de noviembre de 2023, «esta cifra incluye a niños que ya se habían desplazado antes pero se vieron forzados a buscar seguridad por segunda o tercera vez».
De acuerdo con la ONG, los ataques violentos contra las localidades y pueblos están forzando a los padres a escaparse para proteger a sus hijos de «la violencia sexual, secuestro, reclutamiento, mutilación o muerte».
El director de Save The Children en Sudán, Arif Noor, aseveró que «estamos viendo unos niveles horrendos de violencia en Sudán. Las violaciones contra los derechos humanos son severos, expandidos y continuos, aún así, la crisis está siendo ignorada por completo. Prevalece un atmósfera de impunidad».
La guerra que se desencadenó en abril entre las dos partes sudanesas del Ejército y las FAR, atravesada por frágiles treguas intermitentes, causó la muerte de más de 9.000 personas, el desplazamiento interno de cinco millones de personas y 1,3 millones buscaron refugio en países vecinos, convirtiendo a Sudán en el país con más desplazados del planeta, según la ONU.