Un convoy de 60 camiones cargados con agua, alimentos y suministros médicos cruzó este lunes el paso egipcio de Rafah hacia el de Awja, controlado por Israel, para pasar una inspección antes de entrar en la Franja de Gaza, en medio de un deterioro de la situación humanitaria y sanitaria en el enclave palestino.
Fuentes de la Media Luna Roja egipcia dijeron que se trata del convoy de camiones más numeroso que se dirige a Awja para ser inspeccionado por Israel desde que el gobierno israelí permitiera el acceso de ayuda humanitaria al castigado enclave palestino.
Unos 48 camiones con alimento, agua y suministro médicos entraron el domingo a la Franja, lo que constituyó el mayor convoy de ayuda humanitaria a Gaza en un momento en el que se intensifican las advertencias por la precaria situación de su población bajo los intensos bombardeos israelíes.
La ayuda llevada al enclave desde Egipto en los últimos días no ha incluido combustible, elemento vetado por el Estado judío por temor a que llegue a manos del grupo islamista Hamás, si bien es extremadamente necesario para que sigan funcionando los hospitales, las panaderías y las plantas potabilizadoras de agua.
El flujo a cuentagotas de la ayuda humanitaria a Gaza ha generado una oleada de condenas de ONGs y de la propia ONU, que ha advertido que la asistencia que entra al castigado enclave es solo «una gota en el océano de necesidades» de la población.
Según Naciones Unidas, antes de que empezara la guerra entre Israel y Hamás, unos 500 camiones de ayuda humanitaria entraban a diario a Gaza, bajo asedio israelí, mientras que en esta última semana han entrado una media de 12 por día.
Más preocupante es la situación de los pocos centros médicos en Gaza, en urgente necesidad de suministros médico y energía para poder atender a los miles de pacientes y desplazados internos por los bombardeos israelíes.
La ONU advirtió hoy que a lo largo del fin de semana Israel ha bombardeado las inmediaciones de tres hospitales en el enclave; el de Shifa, el más importante de la franja, y el Al Quds (ambos en la capital gazatí), así como el Hospital Indonesio, en la zona norte del territorio palestino.
Los tres, según la ONU, acogen a unos 117.000 desplazados internos, además de sus pacientes, que se cuentan por miles.