Al menos 22.000 residentes de Mariupol, en el sureste de Ucrania, murieron durante los tres meses de bombardeos y asedio de las tropas rusas a esa ciudad costera, según cálculos del asesor de la Alcaldía, Petro Andriushchenko.
«Mariúpol es ahora una ciudad de fantasmas», precisó el asesor municipal en declaraciones a la cadena CNN al describir la situación en la que se encuentra la urbe.
Andriushchenko agregó que esta cifra de fallecidos se basa en los cálculos que él y otros funcionarios del ayuntamiento han realizado a través de los contactos que mantienen con otros trabajadores municipales que siguen atrapados en la ciudad.
No obstante, el asesor dijo creer que la cifra real de fallecidos podría ser mucho mayor.
También indicó que el proceso de enterrar a los muertos se ha complicado, porque los cuerpos recuperados deben pasar primero por la morgue y ser reclamados por alguna persona a las fuerzas rusas que controlan la ciudad.
Y la persona que los reclama se ve obligada a acceder a ser grabada en un video en el que tiene que asegurar que el fallecido fue asesinado por el ejército ucraniano, denunció Andriushchenko.
Al estar controlada por los rusos, las administraciones locales de Mariúpol están siendo reemplazadas por nuevos organismos impuestos por los invasores, aunque algunos de sus funcionarios permanecen en la urbe y tratan de relatar al exterior lo que ocurre en la zona, con datos que no pueden ser contrastados con fuentes independientes.
Andriushchenko ya informó el martes del hallazgo de casi 200 cuerpos en estado de descomposición bajo los escombros en uno de los sótanos de la ciudad portuaria.
La ciudad de Mariúpol, a orillas del mar de Azov, ha quedado prácticamente destruida por los bombardeos rusos desde que comenzó la invasión rusa del país el pasado 24 de febrero.
Sitiada por el ejército ruso, su población ha sufrido la mayor crisis humanitaria del país y se ha visto mermada desde el casi medio millón de habitantes hasta los menos de 100.000 que residen actualmente entre sus ruinas.