Una de las cinco personas implicadas en el homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Cartagena, Colombia, es de nacionalidad venezolana, así lo informó el jefe antisecuestro de la Policía Nacional de Paraguay, Nimio Cardozo, a la radio ABC Cardinal.
Una acusación que fue respaldada por el ministro de Interior de Paraguay, Federico González, quien señaló que los delincuentes eran venezolanos y colombianos.
Por su parte, su homólogo del país neogranadino, Daniel Palacios, detalló que las detenciones fueron el resultado de una operación especial y dijo: «El mensaje es claro: no hay fronteras entre nuestros países para capturar a los delincuentes, para luchar contra el crimen organizado».
Lo que más teme un padre
El pasado 10 de mayo el mayor temor de Francisco Pecci, un exfuncionario judicial de 83 años, se hizo realidad: su hijo fue atacado a tiros cuando disfrutaba de su luna de miel junto a su esposa, quien espera un bebé.
Días atrás habían contraído nupcias.
«La vida me pone desafíos nuevos», había escrito Marcelo Pecci a Sebastián Acha en un mensaje después de invitarlo a su casamiento, por el que -asegura su amigo- estaba «inmensamente feliz».
El sentimiento de Francisco Pecci se mantenía latente. «Yo le hablé muchas veces del problema y de la preocupación que teníamos en la familia de que le pasara algo grave», confesó el apesadumbrado padre el viernes ante personas que rindieron tributo a su hijo.
Rememoró que, ante su insistencia, alguna vez respondió: «Papá, si me pasa algo, es la voluntad de Dios».
Pero, a juicio de este padre, a su hijo lo mataron, porque con su trabajo «molestaba a la gente bandida y mala».