Ucrania anunció el martes la celebración el viernes en Kyiv de una cumbre con la Unión Europea (UE), lo que enviará «una señal fuerte» hacia Moscú casi un año después del inicio de la invasión rusa.
«El hecho de que esta cumbre se realice en Kyiv es una señal fuerte dirigida tanto a nuestros aliados como a nuestros enemigos», declaró el primer ministro ucraniano, Denys Shmygal, sin detallar las personalidades que deben participar en esa reunión.
El gobierno ucraniano también indicó que espera recibir «entre 120 y 140 tanques modernos» de sus aliados occidentales.
Rusia anunció por su lado la conquista de una localidad cercana a Bajmut, en el este, que desde hace semanas se convirtió en el epicentro de la guerra.
El jueves, Ucrania, que es candidata a la adhesión al bloque, mantendrá además una reunión de consultas intergubernamentales con la Comisión Europea (Ejecutivo de la UE), anunció Shmygal.
Se trata de «dos eventos sumamente importantes con respecto a la integración europea de Ucrania», añadió.
Llegan los tanques a Ucrania
El ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, afirmó que los tanques que su país aguarda son los los Leopard 2 de diseño alemán, los Challenger 2 británicos y los Abrams estadounidenses, aunque se abstuvo de revelar los plazos de entrega.
La decisión de entregar ese armamento a Ucrania marcó un compromiso mayor de las potencias occidentales con la resistencia de Ucrania a la ofensiva lanzada el 24 de febrero de 2022 por el presidente ruso, Vladimir Putin.
El presidente norteamericano, Joe Biden, indicó este martes que abordará con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, la cuestión de las entregas de armas de tecnbología avanzada.
«Vamos a hablar de ello», declaró Biden a la prensa en la Casa Blanca, horas después de responder tajantemente con un «no» cuando se le preguntó si estaba a favor de enviar aviones de combate F-16 a Ucrania.
Reticencias occidentales
El Reino Unido tiene previsto entregar los Challenger a finales de marzo, mientras que Alemania quiere enviar los primeros Leopard 2 entre finales de marzo y comienzos de abril.
Estados Unidos anunció el envío de 31 Abrams, y otros países europeos, como Polonia, España y Noruega, prevén igualmente enviar algunos de sus Leopard a Ucrania.
El proceso de entrega podría no obstante demorar meses, según varias cancillerías, que alegaron posibles reparaciones y labores de mantenimiento, además de la necesidad de formar a soldados ucranianos para esos modelos.
Francia anunció que proveerá a Ucrania de otros 12 cañones autopropulsados Caesar de 155 mm, además de los 18 ya entregados.
Esos cañones sin embargo no tienen el alcance de más de 100 km que Ucrania dice necesitar para destruir la líneas de abastecimiento y los depósitos de municiones de las fuerzas rusas.
Los países occidentales son reticentes a facilitar un apoyo militar aún más robusto, por miedo a propiciar una escalada con el Kremlin.
Rusia no deja de repetir que norteamericanos y europeos le han declarado la guerra a través de terceros.
Rusia trata de retomar la iniciativa
Los observadores creen que tanto Rusia como Ucrania preparan sendas ofensivas hacia el final del invierno o durante la primavera boreal.
Las fuerzas rusas parecen decididas a recuperar la iniciativa en el terreno, después de los múltiples reveses que las obligaron a retirarse el pasado otoño del noreste y de zonas del sur de Ucrania.
Las tropas de Moscú han redoblado los esfuerzos para tratar de conquistar Bajmut, en el este de Ucrania, escenario de una batalla encarnizada desde el pasado verano que ha dejado numerosas bajas.
Los paramilitares del grupo Wagner encabezan esa ofensiva, y según afirmaron «liberaron» la localidad de Blagodatne tras una ofensiva de las «unidades de asalto voluntarias», apoyadas por la fuerza aérea y la artillería rusas.
Las fuerzas ucranianas insisten en cualquier caso en que la ciudad de Bajmut, tan codiciada por los rusos, sigue sólidamente bajo su control.
«Las tropas rusas han sido incapaces de cortar la vía de suministro de las fuerzas armadas» de Kyiv, indicó un portavoz militar ucraniano, Serguii Cherevati.
Las fuerzas rusas lanzaron igualmente una ofensiva 150 km más al sur, para tomar Vugledar, ciudad que antes de la guerra tenía 15.000 habitantes y que se encuentra al suroeste de Donetsk.