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Entre evacuaciones, búsquedas de víctimas y riesgos sanitarios, Bahamas se preparaba este domingo para enfrentar una larga crisis humanitaria, una semana después del devastador paso del huracán Dorian, que también golpeó a Canadá.

Las cifras provisionales del desastre, entregadas con moderación por las autoridades de Bahamas, no han cambiado desde el viernes por la noche: 43 muertos. Pero las autoridades del archipiélago advirtieron repetidamente que el número estaba escalando.

Sobrevivientes consultados los últimos días por AFP en Islas Ábaco, a las que Dorian asoló el 1 y 2 de septiembre con vientos de más de 250 km/h, temían lo peor. «Hay muertos en todas partes», «los cuerpos siguen tirados», declararon mientras intentaban por todos los medios abandonar el lugar, privado de agua y electricidad, donde los desechos se acumulaban en medio de los escombros bajo un calor intenso.

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Ante el aumento de los riesgos sanitarios, el Ministerio de Salud de Bahamas y la Organización Panamericana de la Salud aseguraron en un comunicado conjunto que el archipiélago no enfrenta ninguna epidemia actualmente. «Ninguna isla en las Bahamas ha sido puesta en cuarentena», señala el texto. «Las inundaciones pueden aumentar potencialmente la transmisión de enfermedades contagiosas relacionadas con el agua. No obstante, por el momento no se ha detectado ningún caso de cólera, ni ha aumentado el número de enfermedades infecciosas debido al huracán», agrega.

Dorian dejó al menos 70.000 personas sin hogar en las islas más severamente afectadas, Ábaco y Gran Bahama, según la ONU, cuyo Programa Mundial de Alimentos ha entregado casi 15.000 comidas y toneladas de equipos en la región.

El primer ministro de Bahamas Hubert Minnis, quien había advertido el jueves que la devastación causada por el huracán durará «generaciones», dijo este domingo que Nassau no podía «acoger a todas las víctimas», que temporalmente se alojarán en tiendas de campaña.

En tanto haitianos, muchos de los cuales viven en un barrio pobre completamente arrasado por el huracán en las Islas Ábaco, acusaron al gobierno bahameño de dar prioridad a sus ciudadanos para las evacuaciones.

«Los haitianos han sido bien tratados. Si tuviera que elegir entre mi madre y mi suegra, ya sabes cuál sería mi elección (…) El gobierno primero debe encontrarles un refugio», respondió Dorval Darlier, encargado de negocios haitiano en las Bahamas.

Aún activo en Canadá

Miles de kilómetros al norte, y tras muy leves efectos en la costa de Estados Unidos, Dorian continuó su ruta hacia Canadá, con fuertes ráfagas de hasta 140 km/h, lluvias torrenciales y olas de casi 20 metros.

Recalificado como «ciclón postropical muy intenso» por el Centro Canadiense de Huracanes, tocó tierra el sábado por la noche en la provincia de Nueva Escocia, donde casi 400.000 hogares estaban sin electricidad este domingo en la mañana.

Árboles fueron arrancados de raíz, líneas eléctricas cayeron y una grúa se derrumbó en un edificio en construcción en Halifax, pero no se reportaron heridos graves.

Las calles de esa ciudad portuaria de 400.000 habitantes, que habían quedado desiertas durante el paso de Dorian, revivieron en la mañana con el sonido de motosierras. «Ya pasó. Ahora podremos comenzar a limpiar tan pronto como salga el sol», dijo Paul Mason, del servicio de emergencia de Nueva Escocia.

Las autoridades canadienses dijeron que estaban mejor preparadas que para el huracán Juan, que causó daños considerables en la región en 2003. Unos 700 soldados ayudaban hoy con las operaciones de limpieza, mientras Dorian se desplazaba sobre el golfo de San Lorenzo con vientos que llegaban a 130 km/h.

Según el último boletín del Centro Canadiense de Huracanes, «se debilitará lentamente a medida que avance» hacia el estrecho de Belle Isle, entre la isla de Terranova y la península de Labrador más tarde en el día. «Sin embargo, todavía produce vientos violentos y lluvias al norte y al oeste de la trayectoria», advirtieron los meteorólogos canadienses.


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