Tiffany Stevens, de 27 años de edad, se suicidó y mató a sus dos pequeñas hijas con una sobredosis de drogas tras asegurar que las había «traído a un mundo corrupto». Esto según una investigación.
El hecho, reseñado por El Clarín, detalla que el dramático evento ocurrió en Bolton, Inglaterra.
El medio cuenta que la madre fue encontrada junto a los cuerpos de sus hijas Casey-Lea Taylor, de 3 años de edad, y Darcey Stevens, de 18 meses de nacida, en enero de 2019.
La justicia de ese país, que aún a la fecha realiza investigaciones del caso, indicó que a las niñas les habían dado «cantidades masivas» de metadona. Se trata de un poderoso sustituto de la heroína y los opioides.
El Clarín explicó que Tiffany Stevens tenía en su sistema cantidades exorbitantes de morfina. Y, según la investigación judicial, la mujer se había inyectado insulina y metadona. Además de otras drogas.
También se conoció que la suicida había dejado una nota con un escrito que decía: «He decidido matarnos por el bien de mis hijos».
El patólogo del Ministerio del Interior, Phillip Lumb, declaró a los medios locales que las drogas que Stevens y las niñas habían tomado las habrían dejado inconscientes antes de morir.
«No creo que hubiera ningún dolor o sufrimiento». La familia fue encontrada en su casa el 21 de enero de 2019. Casi tres años después, la investigación todavía continúa.
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