Las medidas de distanciamiento social que impone la lucha contra la pandemia han acabado con los conciertos, pero músicos como los de la Orquesta Sinfónica de Bucarest han encontrado una forma de seguir tocando desde diversos países, y homenajear así a quienes se juegan la vida para proteger a los demás del coronavirus.
En una iniciativa de gran complejidad artística y técnica, esa orquesta privada con sede en la capital rumana ha movilizado a 46 miembros y colaboradores esparcidos por todo el mundo para grabar a distancia un vals que lanza a través de YouTube un mensaje de optimismo y gratitud al personal sanitario que lucha contra el virus.
Un homenaje a quienes están en «primera línea»
«Nos preguntamos qué podíamos hacer desde casa en reconocimiento a los médicos, asistentes, personal de ambulancia y todos los que luchan en primera línea para tratar y curar a los enfermos«, dice por teléfono Alexandru Dutu, primer violonchelista de la orquesta y uno de los padres de la iniciativa.
«Queríamos apoyarles haciendo lo que mejor sabemos hacer», señala el compositor y director de orquesta, Andrei Tudor, que fue el encargado de preparar a los músicos para que se grabaran en sus casas interpretando su parte del vals.
«Es el peor escenario posible para que un ingeniero de sonido produzca un trabajo de orquesta con cada músico por separado y en otro espacio acústico», dice el también productor.
Tudor subraya la importancia de la «vibración común» que los instrumentistas se dan unos a otros cuando tocan juntos, factor clave para conseguir un sonido armónico con el que su orquesta no contaba para este trabajo.
46 músicos en 10 ciudades
El director de orquesta aprovechó su experiencia como productor de música para sincronizar las 46 grabaciones que le llegaron y hacerlas sonar como si los músicos estuvieran tocando juntos.
Tudor facilitó a cada uno de los intérpretes una grabación con «un metrónomo que sustituía a la batuta del director» y con el vals interpretado por el resto de instrumentos.
Escuchando esta grabación con auriculares, cada artista pudo interpretar su parte como si estuviera tocando en una sala de conciertos rodeado del resto de instrumentistas.
Mientras tanto, indica el director, los músicos se grababan para enviar después el video con su sonido a Tudor y Dutu.
Una producción titánica
Tudor se ocuparía después de agregar todos los audios para que el vals sonara como si se hubiera interpretado al mismo tiempo por los 46 músicos en un mismo espacio. Dutu, por su parte, eligió y montó los cortes de vídeo de manera que se sincronizaran con la música.
«Fue un trabajo titánico«, dice el músico, al tiempo que Tudor destaca la rapidez con que hicieron el montaje.
Un mensaje universal de esperanza
La canción interpretada se llama «El vals de la tarde» y fue compuesta el pasado otoño para la Orquesta Sinfónica de Bucarest por Ion Tudor.
«Hemos elegido una música accesible que transmite esperanza«, expresa Catalin Opritoiu, flautista y gerente de la orquesta.