La Unión Europea (UE) se prepara desde hace un año, con un equipo en el seno de la Comisión Europea (CE), para afrontar el resultado de las elecciones en Estados Unidos (EE UU) -su principal socio comercial y gran garante de su seguridad- y que será más complejo si vence el republicano Donald Trump.
Bruselas mantiene que gane quien gane, ya sea Trump o la actual vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, la relación con Washington «no cambiará», porque «Estados Unidos y la UE son y seguirán siendo socios y aliados cercanos», afirmó a EFE un portavoz de la Comisión.
«Los resultados electorales en EE UU no alterarán substancialmente esta realidad. Aunque como todas las elecciones, pueden tener un impacto en la dirección política de los socios», dijo.
Bruselas lleva un año analizando cuáles pueden ser las consecuencias de una u otra victoria y cómo debe prepararse ante las políticas del próximo inquilino de la Casa Blanca.
La Comisión creó un equipo de trabajo que incluye a varios departamentos, centrado en estudiar principalmente los efectos que las urnas tendrán sobre la política comercial y la guerra en Ucrania, fundamental para la seguridad en Europa.
Fuentes europeas explicaron a EFE que en el último año, la CE de Ursula von der Leyen mantuvo también contactos con el equipo de Trump, con quien la alemana coincidió en 2019, al inicio de su mandato.
Los preparativos se incrementaron en los últimos meses, también con reuniones entre la CE y los embajadores de los Veintisiete ante la UE para tratar de mantener «la necesaria unidad». Algo que no siempre es posible, reconocen las fuentes.
¿Cómo las elecciones en EE UU afectará el comercio en la UE?
Trump prometió imponer aranceles (entre 10 y 20%) a productos importados, lo que en la UE afectaría especialmente a Alemania, Italia e Irlanda, los países que más exportaron a Estados Unidos en 2023, según la oficina estadística europea, Eurostat.
Las exportaciones alemanas alcanzaron los 157.732 millones de euros, más del doble de los 67.266 millones de euros de Italia y muy por encima de los 51.621 millones de Irlanda. España, en séptimo lugar, exportó por valor de 18.904 millones.
La UE obtuvo superávit comercial de 155.800 millones de euros y los sectores que más vendieron fueron el farmacéutico y el automovilístico, los que más sufrirían, por tanto, con un aumento de aranceles.
Bruselas y Washington tampoco cerraron la disputa comercial iniciada con Trump, cuando en 2018 introdujo aranceles del 25% a importaciones de acero y del 10% al aluminio. Bruselas respondió con un aumento de tasas a productos estadounidenses como whisky de tipo ‘bourbon’, mantequilla o zumo de naranja.
La Comisión y la administración del presidente Joe Biden acordaron suspender aranceles, pero las negociaciones mantenidas hasta ahora no han puesto fin a la disputa.
Washington mantiene aranceles a importaciones de aceituna negra española, del 35% bajo el gobierno de Trump y del 31% con el de Biden.
Y siguen sin zanjar la guerra comercial por las ayudas públicas a Boeing y Airbus, suspendida hasta julio de 2026, después del acuerdo alcanzado en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El resultado de las urnas afectará además a la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, y obligará a la UE a reflexionar sobre cómo posicionarse en esa batalla, justo cuando aumentó su guerra comercial con Pekín con aranceles a importaciones de vehículos eléctricos.
Política Exterior
Las decisiones que Trump o Harris tomen sobre la guerra de Ucrania son la principal preocupación de la UE en cuanto a su seguridad, sobre todo si vence el republicano, mucho más impredecible y que llegó a decir que podría poner fin al conflicto en 24 horas.
Biden mantuvo el apoyo militar y financiero de Estados Unidos a Ucrania; la semana pasada confirmó su contribución con 20.000 millones de dólares al préstamo de 50.000 millones que el G7 acordó en junio.
Pero si Trump retirase o redujese el respaldo a Kiev, la UE se vería ante el reto asumir un mayor esfuerzo en la defensa de Ucrania.
Trump insiste además en sus reticencias hacia la OTAN y en su demanda a los aliados europeos en que inviertan al menos 2% del PIB en defensa, exigencia que también defienden los demócratas.
Los Veintisiete están pendientes también de la posición de la Casa Blanca en la guerra de Oriente Medio o el programa nuclear iraní.
La primera respuesta de la UE a las elecciones de EE UU llegará en Budapest, donde los líderes se reunirán este jueves y viernes en una cumbre informal convocada por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
El húngaro aseguró que abrirá «botellas de champán» si gana Trump, espejo en el que se miran los grupos de extrema derecha que ganaron peso en las elecciones europeas de junio.