El gobierno ucraniano pidió este miércoles a sus aliados que adopten más sanciones y que aceleren el suministro de armas a su país, después de que Rusia anunció que su ejército aspira a expandir su presencia en Ucrania.
«Los rusos quieren sangre, no negociaciones. Insto a todos los socios a reforzar las sanciones contra Rusia y acelerar las entregas de armas a Ucrania», tuiteó el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
Esta reacción se produce después de que su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, dijera que la campaña militar rusa no se concentraría únicamente en el este de Ucrania y que las conversaciones de paz no tienen sentido en este momento. La ofensiva rusa comenzó el pasado 24 de febrero.
«La confesión del ministro de Exteriores ruso de su sueño de apoderarse de más tierras ucranianas demuestra que Rusia rechaza la diplomacia y se concentra en la guerra y el terror», prosiguió Kuleba.
Lavrov señaló que los objetivos militares de Rusia en Ucrania ya no se limitan solo al este del país, sino que también afectan a otros territorios y que incluso podrían extenderse.
El canciller ruso justificó el cambio por una geografía diferente respecto a la situación que existía a finales de marzo, cuando Moscú dijo que quería centrarse en el este, después de fracasar en su intento de conquistar Kiev, la capital de Ucrania.
Lavrov también declaró que las conversaciones con Kiev no tendrían sentido en la situación actual, considerando que los contactos anteriores habían «revelado únicamente la falta de voluntad de la parte ucraniana de discutir seriamente cualquier cosa».
Rusia, que está bombardeando ciudades en toda Ucrania, ha registrado avances en las últimas semanas en el este de este país.