Mevlüt Çavusoglu, ministro de Exteriores turco, pidió este viernes a sus socios de la OTAN que muestren solidaridad con su ofensiva en el noreste de Siria.
«En el marco del principio de la indivisibilidad de la seguridad, nuestra expectativa natural y legítima es que nuestros aliados se solidaricen con nosotros. No basta que digan ‘entendemos las preocupaciones legítimas de Turquía’. Queremos ver esa solidaridad de forma clara y nítida», reclamó el ministro turco.
Çavusoglu insistió en que la ofensiva militar en suelo sirio es una legítima intervención contra una organización terrorista, en referencia a las YPG, las milicias kurdas aliadas de Estados Unidos en la lucha contra el yihadista Estado Islámico, pero que Ankara considera una extensión del PKK, la guerrilla que opera en Turquía.
«El Estado Islámico es un enemigo común contra el que luchamos, pero el PKK también es un enemigo común, y no luchamos juntos contra él, incluso dicen que Turquía tampoco debería luchar», denunció Çavusoglu.
Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN han mostrado su rechazo o su preocupación por la ofensiva turca. Esto, debido a los retrocesos que puede causar en la lucha contra los yihadistas y el riesgo de una catástrofe humanitaria.
La OTAN muestra su preocupación
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, manifestó su preocupación por que la ofensiva cree más inestabilidad en la región y afecte a la población civil.
Stoltenberg evitó opinar sobre las YPG. Dijo que la OTAN no está presente en esa zona, pero insistió en el peligro que aún suponen los miembros del Estado Islámico.
El ministro turco también se refirió al despliegue de baterías antiaéreas de varios países, entre ellos España, en su frontera con Siria dentro de una operación de la OTAN para proteger a Turquía.
Cavusoglu indicó que existe un sistema de rotación para esa misión de la OTAN. A su vez, aseguró que Italia anunció que se retirará el próximo noviembre, como ya hicieron Alemania y Holanda.
España, en coordinación con la OTAN, tiene que decidir si prolonga más allá de diciembre el despliegue de una batería de misiles Patriots.
El ministro dijo que ese sistema de rotación demuestra que Turquía no puede depender de sus socios y necesita su propio sistema antiaéreo.
Justificó así la compra del sistema ruso S-400, que Estados Unidos y la OTAN han criticado como incompatible con la red de defensa de la Alianza.
De hecho, Stoltenberg recordó que él ha expresado repetidamente su preocupación por el impacto de esa adquisición.
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