El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles nuevas sanciones a Cuba, que prohíben a los estadounidenses alojarse en los hoteles de la isla y comprar tabaco o alcohol para llevar de vuelta a su país, en un intento de conquistar a los votantes latinos del estado clave de Florida.
«Hoy anuncio que el Departamento del Tesoro prohibirá a los viajeros estadounidenses alojarse en propiedades cuyo propietario sea el gobierno cubano», dijo Trump durante un acto en la Casa Blanca con excombatientes que participaron en 1961 en la fallida invasión de Cuba en Bahía de Cochinos.
La medida estrangula todavía más el sector turístico de la isla, donde todos los hoteles están vinculados al gobierno cubano, y deja como única opción a los estadounidenses quedarse en casas particulares de cuentapropistas.
Hasta ahora, los estadounidenses podían quedarse en muy pocos hoteles de Cuba, puesto que el gobierno de Trump vetó hace tres años las transacciones con empresas controladas por los servicios militares, de inteligencia y de seguridad de Cuba, y las Fuerzas Armadas controlan muchos de los alojamientos de la isla.
En un comunicado, el Departamento del Tesoro explicó que a partir de ahora los estadounidenses tampoco podrán alojarse en ninguna propiedad que el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, haya «identificado como propiedad o controlada por el gobierno cubano» o figuras afiliadas a ese Ejecutivo.
La medida afecta a 433 hoteles de la isla, detalló en una comparecencia ante la prensa Carrie Filipetti, responsable en el Departamento de Estado de EE UU de la política hacia Cuba y Venezuela.
Además, el Departamento del Tesoro prohibió a los estadounidenses que visiten Cuba llevar de vuelta ningún «producto de alcohol o tabaco de origen cubano», lo que cancela una directiva del expresidente Barack Obama que permitía llevar legalmente en el equipaje esos productos por valor de hasta 100 dólares.
El gobierno de Trump también amplió las restricciones de viaje a Cuba, donde el turismo de los estadounidenses ya está prohibido, al eliminar la autorización que permitía a sus ciudadanos «asistir u organizar reuniones profesionales o conferencias en Cuba», algo que ahora solo se permitirá en casos excepcionales, bajo petición.