El expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) logró ya el respaldo electoral del liderazgo republicano en la Cámara Baja, después de que el «número 3» del partido en ese hemiciclo, Tom Emmer, le diera este miércoles su apoyo.
«Los demócratas han dejado claro que van a usar todas las herramientas a su alcance para intentar mantener a Joe Biden y a sus fallidas políticas en el poder. No podemos permitírselo. Es hora de que los republicanos se unan en torno al claro favorito de nuestro partido», dijo Emmer en un comunicado, subrayando que esa es la razón por la que está «orgulloso» de apostar por Trump.
El exmandatario encabeza las encuestas en las primarias republicanas para las presidenciales de noviembre.
Según la media de sondeos elaborada por la web FiveThirtyEight, supera con amplio margen a los otros dos principales candidatos, el gobernador de Florida Ron DeSantis (11,3%) y la exembajadora de EE UU ante la ONU Nikki Haley (11,3%), a quienes les saca 50 puntos porcentuales.
«Trágico error»
El apoyo de Emmer se suma al otorgado ya por el presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson; el líder de la mayoría en la misma, Steve Scalise, y Elise Stefanik, presidenta de la Conferencia Republicana, el ente encargado de elegir al liderazgo republicano o aprobar el desarrollo de la estrategia de comunicación, entre otros.
Asimismo, también cuenta con el respaldo del presidente del Comité Nacional Republicano del Congreso, Richard Hudson.
El digital The Hill recordó este miércoles que aunque Emmer afirmó el año pasado que no iba a apoyar a ningún candidato, acabó por decidirse después de que Scalise le diera este martes su confianza a Trump y de que él fuera el único del liderazgo republicano en no haberse pronunciado.
Cuando Emmer se postuló en 2023 para suceder a Kevin McCarthy como presidente de la Cámara Baja, el propio Trump advirtió de que votar por él sería un «trágico error».
Trump se ha hecho con su apoyo menos de dos semanas antes de que el 15 de enero arranque el proceso de primarias del Partido Republicano con los caucus de Iowa, que tradicionalmente han servido como punto de partida para medir el apoyo de cada aspirante en su camino hacia la Casa Blanca.