El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, conversó este martes por teléfono con el jefe político de los talibanes sobre el proceso de paz.
Trump calificó el diálogo de «muy bueno» a pesar de reportes sobre ataques insurgentes contra bases militares en Afganistán que rompen la tregua parcial acordada el 22 de febrero.
«Tuve una muy buena conversación con el líder de los talibanes», dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca, aludiendo a su conversación con el molá Abdul Ghani Baradar, jefe político de ese grupo fundamentalista. «No queremos violencia», agregó.
«La relación que tengo con el molá es muy buena. Tuvimos una buena, larga conversación hoy y, ustedes saben, ellos quieren cesar la violencia. A los talibanes también les gustaría cesar la violencia», indicó Trump.
El millonario republicano agregó que poner fin a las hostilidades es un interés común para Estados Unidos y los talibanes, notando, no obstante, que el gobierno de Kabul podría mostrarse reticente a concretar el acuerdo.
«Les ha ido muy bien con Estados Unidos durante muchos años, más allá de lo militar, si se fijan en todo el dinero que hemos gastado en Afganistán», señaló Trump a los periodistas en Washington.
Aumento de la violencia
Una transcripción de la llamada difundida por los talibanes indicó que Baradar urgió al inquilino de la Casa Blanca a tomar medidas firmes para la retirada de fuerzas extranjeras de Afganistán.
El grupo dijo que la conversación duró 35 minutos.
En las últimas 24 horas, el aumento de la violencia del grupo insurgente puso en duda su voluntad de negociar con el gobierno afgano.
Los talibanes llevaron a cabo 33 ataques en 16 de las 34 provincias del país asiático, anunció en Twitter el portavoz del Ministerio del Interior de Afganistán, Nasrat Rahimi.
«Seis civiles murieron y 14 resultaron heridos. Ocho enemigos también murieron y 15 resultaron heridos», indicó.
Dos soldados murieron en un ataque en la provincia de Kandahar, anunció el gobierno. Cuatro miembros de las fuerzas de seguridad fallecieron, a su vez, en Logar, informó a la AFP, Didar Lawang, portavoz del gobernador de esta provincia vecina a Kabul.
Estos ataques llegan tras nueve días de tregua parcial durante los que la violencia se redujo considerablemente tras cuatro décadas de conflicto.
La disminución de los combates fue la condición previa de Estados Unidos para firmar el sábado pasado un acuerdo en Doha, Catar, con los insurgentes.
En el pacto, Washington se compromete a retirar completamente sus tropas de Afganistán en un periodo de 14 meses a cambio de que los talibanes cumplan con ciertas garantías.
Una de ellas es que acepten negociar con el gobierno afgano, la oposición y la sociedad civil en unas conversaciones previstas para el 10 de marzo.
El domingo el presidente afgano anunció, incluso, que la tregua parcial iba a prolongarse.
Liberación de presos
El portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, dijo el lunes a la AFP que la tregua parcial había terminado y que las fuerzas afganas son -de nuevo- blanco de ataques insurgentes.
Todavía, según el acuerdo de Doha, no ratificado por el gobierno afgano, el alto el fuego es solo uno de los elementos de las futuras negociaciones pero no una condición para que puedan llevarse a cabo.
Por otra parte, el presidente afgano rechazó el domingo uno de los principales puntos del pacto: la liberación de 5.000 prisioneros talibanes a cambio de la liberación de 1.000 miembros de las fuerzas afganas detenidas por los rebeldes.
Ahora los talibanes consideran la liberación de presos como una medida previa para poder empezar a negociar, informó a la AFP, Suhail Shaheen, un portavoz de los talibanes.
«Nuestra delegación no se reunió con la suya», la del gobierno afgano, en Doha», explicó el portavoz.
«No es extraño que Ghani dude en liberar a los prisioneros», afirmó en Twitter, Vanda Felbab-Brown, una investigadora de la Brookings Institution, que considera que, inevitablemente, la violencia aumentará.
«Los talibanes llegaron donde están gracias a sus fusiles. Por eso, tienen que seguir activos en el campo de batalla para poder ganar en la mesa de negociaciones, como lo hicieron con los estadounidenses», agregó, por su parte, Ahmad Saeedi, un analista en Kabul.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, se mostró optimista en una entrevista en Fox News. «Hasta ahora todo va bien», aseguró.
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