El presidente Donald Trump dijo este miércoles que la cumbre del G7, que se celebra en junio y que este año iba a organizarse en Estados Unidos, podría realizarse de forma presencial en la residencia de Camp David y no por videoconferencia.
«Ahora que nuestro país está ‘en transición para volver hacia la grandeza’, estoy considerando reprogramar el G7 para la misma fecha o una similar en Washington DC, en el legendario Camp David», afirmó Trump.
«Los otros miembros (del G7) han emprendido también su regreso. Sería un símbolo maravilloso para todo el mundo. ¡Normalización», añadió.
A mediados de marzo, debido a la pandemia, la Casa Blanca renunció a celebrar esa cumbre en presencia de los jefes de Estado del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) y se mostró a favor de realizarla por videoconferencia.
Camp David, residencia oficial de vacaciones de los presidentes estadounidenses, se sitúa en una región montañosa del estado de Maryland (este), un lugar aislado en el que resulta sencillo garantizar la seguridad.
Esa residencia se ha utilizado a menudo para albergar conversaciones internacionales de alto nivel. Allí se celebró, por ejemplo, la última cumbre del G7 organizada por Estados Unidos, en 2012, bajo la presidencia de Barack Obama.
El lugar quedó en la historia por los célebres acuerdos de Camp David, firmados en septiembre de 1978 por el presidente egipcio Anuar el Sadat y el primer ministro israelí Menahem Begin, con la mediación del estadounidense Jimmy Carter. Esos acuerdos establecieron las condiciones de paz entre Egipto e Israel.