En un veredicto histórico en Italia, el Tribunal Constitucional aprobó el suicidio asistido médicamente. Afirman que no es delito y que no se puede castigar a quien ayuda al suicidio en determinadas condiciones.
“Cuando un paciente se mantiene en vida con tratamientos de apoyo vital y está afectado por una patología irreversible, y es fuente de sufrimientos físicos y psicológicos que él considera intolerables, pero es plenamente capaz de adoptar decisiones libres y en plena conciencia”, son algunos de los argumentos del Tribunal para dictar el histórico fallo.
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De esta manera, se anula el artículo 589 del código penal. Allí se establecen penas entre 5 y 12 años a quien instiga o ayuda al suicidio, reseñó el diario ABC.
Este veredicto fue acogido con júbilo por las asociaciones de derechos civiles y con indignación por parte de la Iglesia Católica, pues aseguran que el suicidio asistido no es un derecho y no puede depender de la voluntad del hombre. La Asociación de Médicos Católicos Italianos señaló que están preparados para hacer objeción de conciencia y no ayudar al enfermo que solicite el suicidio médicamente asistido.
Sentencia tras un caso dramático
A esta decisión ha llegado el Alto Tribunal después de un caso que dividió a la sociedad italiana: en febrero 2017, el conocido Dj Fabiano Antoniani, de 39 años de edad, tetrapléjico y ciego después de un accidente que sufrió en 2014, murió en una clínica de Zurich con suicidio asistido, por el que pagó 10.000 euros.
Se suicidó con un fármaco letal proporcionado por los médicos. Le acompañó Marco Cappato, ex diputado radical. Contra Cappato se abrió un proceso, según el artículo 580 del Código penal italiano, porque el radical parlamentario cometió el delito de instigación o ayuda al suicidio.
En la normativa italiana suicidio y eutanasia se consideran delitos contra la vida. Pero el Tribunal de Milán suspendió el proceso y pidió el parecer del Tribunal Constitucional.
Suicidio asistido no es eutanasia
Para llegar a esta sentencia, el Tribunal Constitucional contó con un informe del Comité nacional para la bioética.
El Comité aclaró que el suicidio asistido no es eutanasia. 13 de los miembros del Comité se mostraron favorables a la legalización del suicidio médicamente asistido, partiendo del presupuesto que el valor de la tutela de la vida esté equilibrado con otros bienes o valores constitucionalmente relevantes, como la autodeterminación del paciente y la dignidad de la persona.
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