Tres personas murieron durante la pasada jornada en la parte controlada por el gobierno de Kyiv en la provincia sureña de Jersón, que fue atacada cerca de un centenar de veces con morteros, artillería, drones y cohetes, así como desde tanques y aviones, por las fuerzas rusas que controlan la otra mitad de la provincia.
El Ejército ruso empleó en esos ataques un total de 671 proyectiles de distintos tipos, entre ellos 45 dirigidos contra la ciudad de Jersón, que está situada en la orilla occidental del Dniéper y es la capital de esta provincia dividida en dos por el gran río ucraniano.
“Los militares rusos dispararon contra apartamentos residenciales en zonas habitadas del óblast”, escribió el jefe de la Administración Militar de la región de Jersón, Oleksandr Prokudin, en su cuenta de Telegram.
Además de los tres muertos, otros cinco civiles resultaron heridos en estos ataques, según informó la fuente.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, denunció este jueves el “terror” al que las fuerzas rusas someten a la población civil del territorio de Jersón que queda al oeste del río Dniéper. Rusia sigue controlando la orilla oriental, a la que sus fuerzas se vieron obligadas a retirarse el pasado otoño ante el avance ucraniano.