Las obras de consolidación de la Catedral de Notre Dame de París, que fueron suspendidas el 25 de julio por razones de seguridad, se reanudaron este lunes con nuevas medidas para los trabajadores, entre ellos una unidad de descontaminación.
El prefecto de la región Île-de-France Michel Cadot, hizo una visita por la mañana para constatar la instalación y el buen funcionamiento de los nuevos dispositivos dictados por la Inspección de Trabajo.
Una vez finalizada, dijo en un boletín que había autorizado «la reanudación de las obras de la Catedral de Notre Dame» con medios de descontaminación que garantizarán «la salud de los trabajadores».
Está previsto que puedan trabajar hasta 40 personas cada día, que tendrán que pasar por una unidad de descontaminación con duchas y por una zona de control que marcará la separación entra la llamada zona limpia y la sucia, y donde habrá un registro de incidentes.
Los que entren habrán de llevar una acreditación que les servirá para franquear un torno, se tendrán que desvestir y ponerse una ropa que se quitarán antes de volver a salir y que será limpiada cada día por una empresa especializada. El procedimiento durará una media hora.
Para evitar idas y venidas entre el interior y el exterior, se han instalado unos inodoros, además de unos carteles con las reglas que deben respetar todos los que se encuentran en el área de las obras, que además tienen que haber recibido una formación sobre el riesgo de la contaminación por plomo.
Plomo en el ambiente
La razón es que cuando se produjo el incendio el pasado 15 de abril ardieron también varios cientos de toneladas de plomo de la techumbre que se dispersaron en forma de partículas no solo en el espacio ocupado por la catedral, sino en una amplia zona del barrio circundante.
Se hicieron análisis que pusieron en evidencia la presencia de plomo en los alrededores, en lugares sensibles como colegios, lo que generó una controversia sobre si en un principio no se habían tomado las medidas de precaución necesarias para la población en general y los trabajadores de las obras en particular.
El Ayuntamiento de París acabó contratando a una empresa que a comienzos de agosto inició una campaña de descontaminación de varios colegios.
Además, la semana pasada se comenzaron a limpiar de plomo los alrededores de la iglesia, un trabajo que se va a prolongar hasta finales de agosto.
Patrick Chauvet, rector de la catedral, destacó que la vuelta de la actividad es un alivio muy grande por la inquietud que le genera ver el andamiaje que ya estaba colocado.
En declaraciones a la emisora France Info, Chauvet dijo que la reanudación de las obras constituye para él un signo de esperanza.
Hizo notar también que harán falta todavía cuatro meses para desalojar los escombros por lo que no se puede excluir que haya nuevos desperfectos en la estructura.
«Se podrá decir que se ha salvado la catedral a comienzos de 2020», subrayó.
Es el mismo mensaje que ha lanzado el Ministerio de Cultura y el propio Cadot, que recordó en declaraciones a Le Figaro que sigue vigente el decreto de peligro de derrumbe de la catedral.
«No estamos al abrigo de una tormenta muy violenta o de un temporal que debilite la estructura. Hay que ir rápido respetando los procedimientos de seguridad de los bienes y de las personas para empezar la reconstrucción propiamente dicha de Notre Dame», señaló el prefecto.