El martes 18 de julio un hombre corría velozmente para cruzar la frontera que separa las dos Coreas. Esta vez, no se trataba de la huida de ningún norcoreano para pisar tierra libre, sino que la carrera se producía en sentido contrario.
El protagonista de este incidente era Travis T.King, de 23 años. Según han dado a conocer medios surcoreanos y estadounidenses, se trata de un soldado de Estados Unidos que se encontraba temporalmente destinado en Corea del Sur.
En la cárcel de Seúl
King llevaba en el Ejército desde 2021, y era un soldado raso, concretamente explorador de caballería en la Primera División Acorazada. Había tenido varios encontronazos con las autoridades de Seúl y salió de la cárcel poco antes de los hechos, el 10 de julio, tras ser puesto entre barrotes por dos meses debido a cargos de asalto.
Tiempo antes, la madrugada del 8 de febrero, el soldado había sido sorprendido pateando y produciendo destrozos a un coche de Policía. Cuando los agentes pidieron a King que se detuviera, el soldado se negó a acatar sus órdenes, enfrentándose a los agentes y dedicándoles una retahíla de gritos obscenos. El resultado fue una multa de 5 millones de wones, unos 3.900 dólares.
El otro altercado se produjo en un club nocturno de la capital. No se conocen detalles aparte de que el soldado agredió a otra persona, que finalmente no presentó cargos contra él.
Con este bagaje, el soldado fue enviado a Camp Humphreys, una base militar en Corea del Sur, para ser procesado. Sus superiores le esperaban con un billete de regreso a casa, pues iba a ser devuelto a Estados Unidos para desvincularse del Ejército como medida disciplinar.
King fue escoltado hasta el aeropuerto internacional de Incheon, en la capital surcoreana, pero después de despedir a sus acompañantes en la aduana no subió al avión, sino que recorrió 54 kilómetros hasta llegar a la frontera desmilitarizada, reliquia de la Guerra Fría.
Una vez allí, el soldado se unió a un tour turístico, del que se escapó para adentrarse por voluntad propia en los límites del territorio de Kim Jong-un.
«Pensé que era una broma»
Uno de los testimonios que más detalles ha podido aportar sobre el incidente es el de una turista que se encontraba en la misma visita guiada que King. Mikaela Jakobson, residente en Estocolmo, ha expuesto en su página de Facebook lo ocurrido, aunque sin publicar fotos por requerimiento de las autoridades.
La mujer relató que el grupo se encontraba en el interior de la caseta central –la Conference row junto a la que se reunieron en 2019 Donald Trump y el dictador– cuando el hombre «echó a correr hasta el otro lado».
Los turistas fueron apremiados a subir de vuelta al autobús militar y rápidamente se alejaron de los 4 kilómetros fronterizos. Jakobson señala que en un primer momento los visitantes no se dieron cuenta de lo ocurrido. Ella misma pensó que era «una broma mala» hasta que la reacción de los responsables le hizo caer en la cuenta de la gravedad de lo que había pasado.
Corea del Norte lleva desde 2020 con las fronteras herméticamente cerradas –supuestamente para evitar la propagación del coronavirus– y ha reducido drásticamente la cantidad de seguridad en su zona desmilitarizada, algo que confirma Jackson al asegurar que «no había norcoreanos a la vista, ni siquiera los guardias junto a la famosa línea en el otro lado».
Moneda de cambio
El incidente se ha producido en medio del clima de tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte, lo que podría ser utilizado por el país asiático para negociar a su favor.
Varios analistas apuntan a que King podría ser utilizado como moneda de cambio para afianzar los intereses de Pionyang, pues según el protocolo del armisticio –el conflicto no terminó en 1953, sino que se firmó un alto al fuego– ni el personal estadounidense ni el surcoreano pueden salvar la línea divisoria para recuperar al ciudadano estadounidense.
Como anunció el Estado Mayor surcoreano, a escasas horas del traspaso ilegal, Corea del Norte disparó dos misiles balísticos de corto alcance al mar del Este. Esto probablemente no guarda relación con el suceso, pero muestra la magnitud del nerviosismo que se concentra en la zona.
El Mando de la ONU, a cargo de la franja sur de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), ha comunicado lo ocurrido a través de sus redes oficiales. Parece que King se encuentra por el momento bajo custodia de las autoridades norcoreanas, aunque sobre este hecho aún no se ha pronunciado el Mando de la ONU.