«Hace un año en China se vino la pandemia. Todo comenzó cuando un chinito se comió una sopa de Batman, en verdad una sopa de murciélago. Después, la enfermedad se contagió de país en país. Primero en China, segundo en Italia, después en España y por último a todo el mundo. Eso había pasado con la Gripe A hace mucho tiempo. Luego, hubo tanto virus que se formó un nuevo ser: Super Covid».
Así comienza el cuento Los médicos vs el coronavirus que con mucha frescura, inocencia y fantasía escribió e ilustró Simón Teplitzki, que apenas tiene 11 años de edad.
«Le puse ese título porque se iba a notar que los médicos se están enfrentando a esta enfermedad», dice.
«Fue un impulso creativo. A Simón le encanta dibujar y hacer historietas. Justo habíamos estado hablando de su cumpleaños, que es el 20 de octubre, y cuando se dio cuenta de que no iba a poder festejarlo con sus amigos, se angustió y enojó. Entonces le propuse que hiciera un cuento. Se puso a escribir y dibujar y directamente nos mostró el cuento terminado», dice Deborah Cohen, su mamá.
«Se me ocurrió hacerlo para ayudar a los chicos que viven con miedo por el covid. Lo hice solo y le puse ese título porque se iba a notar que los médicos se están enfrentando a esta enfermedad», expresa Simón.
«Los doctores, el superalcohol en gel y yo unimos fuerzas para vencer al nuevo y transformado ultracovid 19», añade.
«El superalcohol en gel y el supercovid iban empatando en la pelea. Ninguno fue ganando ni perdiendo hasta que el supercovid infectó al superalcohol en gel. Después, los doctores encontraron la vacuna, por fin, y ellos desinfectaron al superalcohol en gel. Los doctores, el superalcohol en gel y yo unimos fuerzas para vencer al nuevo y transformado ultracovid 19», relata Simón.
La mamá de Simón dice: «En casa estamos tomando muchos recaudos desde el inicio de la pandemia. Simón tiene dos hermanos mayores (Daniela, de 22 años y Manuel, de 17) y una hermana melliza (Lucía), así que cotidianamente conversamos sobre estos y otros temas. Hablamos y los escuchamos para ir teniendo idea de por dónde andan sus miedos y preocupaciones. Las noticias de la tele, cuando hablan de la cantidad de muertos, son muy abrumadoras y buscamos filtrar el efecto de esa información hablando. El miedo está presente, cada vez que a alguno de nosotros nos duele la garganta, o nos sentimos resfriados, es inevitable pensar que podemos estar contagiados. También hablamos mucho sobre los cuidados de sus abuelos, a quienes adora y que hace meses que no ve, y sabe que es para protegerlos de posibles contagios».
Repercusión
Una vez que Simón terminó de escribir el cuento, sus padres lo compartieron con sus cuatro abuelos, tíos, primos y amigos. Posteriormente lo fueron difundiendo más allá de sus conocidos. Gastón, el papá, lo subió al Instagram @simontepli y varias personas le dejaron hermosos y emotivos mensajes, como una doctora, a la que no conocen, que escribió: «Hola, Simón, yo soy una de las médicas que luchan contra el supercovid y si no fuera por tu ayuda y por la del superalcohol en gel no podríamos ganarle». Además, fue entrevistado por Maia Eidelstein, docente de nivel inicial, en @losninosandandiciendo que tiene más de 114.000 seguidores.
«Son todos como fans de Simón, la verdad es que tenemos una banda hermosa que siempre apoya y acompaña. Marce, un amigo muy querido que está internado peleando contra el covid, le escribió a Simón para contarle que le hizo muy bien leer el cuento. El Colegio Beth siempre apoya y potencia la creatividad y la individualidad de los chicos. Ellos también compartieron en las redes el cuento de Simón, así que muchos maestros y amigos le hicieron comentarios positivos», se enorgullece Débora.
Un vínculo con su propia historia
«Usamos la vacuna y el ultracovid 19 desapareció para siempre. Y todo volvió a la normalidad como era antes del coronavirus y de la cuarentena». Así termina el cuento de Simón, con una mezcla de optimismo, de esperanza y de fantasía.
«Como familia siempre buscamos el lado positivo de cada situación. Cuando Simón era chiquito estuvo enfermo y se curó gracias a la ayuda de los médicos. Que ahora sienta que los superhéroes que nos van a salvar son los médicos, habla de la gratitud y de su propia historia. Ojalá llegue este cuento a muchos médicos, enfermeros, camilleros y sepan que hay una generación entera de chicos que saben que hoy son más importantes que Superman, Batman y que cualquier otro superhéroe. Y que se sientan muy orgullosos de lo que están haciendo por todos nosotros», se ilusiona Débora.
Por: Alejandro Gorenstein
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