El gobernador del estado de Texas, el republicano Greg Abbott, aseguró este miércoles que ha enviado a más de 17.000 migrantes a Washington, Chicago, Nueva York y Filadelfia, todas ellas ciudades gobernadas por los demócratas, como parte de su campaña de presión migratoria que arrancó el año pasado.
En un tuit, Abbott, que se caracteriza por un lenguaje xenófobo antimigratorio, criticó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y lo acusó de no querer proteger las fronteras.
«El rechazo del presidente Biden a asegurar nuestra frontera ha dejado a las localidades fronterizas de Texas desbordadas por niveles récord de inmigración ilegal», dijo el gobernador.
Asimismo, apuntó que ha enviado migrantes a esas cuatro «ciudades santuario» para «proporcionar alivio» a las comunidades de la frontera.
En Estados Unidos se conoce con el nombre de ciudades santuario a aquellas urbes con leyes que protegen a los migrantes sin importar su estatus y que prohíben su deportación.
Según Abbott, han sido enviadas más de 9.200 personas a Washington capital, más de 5.700 a Nueva York, más de 1.600 a Chicago y más de 925 a Filadelfia.
Los alcaldes de Nueva York y Chicago han denunciado recientemente los renovados esfuerzos de Abbott por enviar migrantes a estas ciudades y han asegurado que sus servicios de atención están saturados y que necesitan ayuda de las autoridades federales.
El levantamiento el jueves por la noche del Título 42, una norma impuesta durante la Administración del expresidente Donald Trump (2017-2021), que permitía la expulsión en caliente de los migrantes por motivos sanitarios, ha desatado la confusión y los rumores, propagados muchas veces por los propios políticos republicanos, que asegura que su fin significa prácticamente una apertura de las fronteras a la inmigración irregular.
Sin embargo, seguirá vigente el Título 8, que históricamente ha regido el proceso de emigración y, este mismo miércoles, el Gobierno promulgó una nueva norma que restringe el acceso a la solicitud de asilo en la frontera con México.
La norma, que se publica hoy en el registro federal, califica como «no aptos» para solicitar asilo a los migrantes que crucen de manera irregular la frontera y que no hayan pedido protección en un tercer país durante su travesía hacia Estados Unidos, explicaron funcionarios del gobierno en una llamada con reporteros.
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