Las delegaciones del gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional -ELN- se encontrarán desde este viernes para el diálogo, en un ciclo de conversaciones formal después de casi tres meses y en medio de crecientes tensiones por la negativa de la guerrilla de ceder en un asunto que es prioridad para la delegación a cargo de Otty Patiño: poner fin a los secuestros.
Los diálogos se reanudarán apenas un par de días después de que se conocieron dos cartas firmadas por los representantes del ELN en la mesa de diálogo y dirigidas a los garantes y acompañantes del proceso de negociación, en las que mencionan la solicitud de Otty Patiño, jefe de la delegación de gobierno, quien luego del secuestro de Luis Manuel Díaz “exigió” una reunión “urgente y extraordinaria” para tratar el tema de ese delito.
En el primer documento, fechado el 19 de noviembre, reconocen que el secuestro de Luis Manuel Díaz generó una crisis en el proceso, pero culpan al gobierno de, según ellos, “echar por la borda la agenda de negociaciones pactada”. Allí incluso condicionaron su viaje a México si antes no se concertaban los temas por tratar. “El ELN no cumplirá este o cualquier ultimátum que se le quiera imponer de manera unilateral por la contraparte”, dicen en la misiva firmada por Pablo Beltrán, Aureliano Carbonell y Bernardo Téllez.
En la otra carta -con fecha del 23 de noviembre- anuncian que asistirán a la quinta ronda de diálogos. No obstante proponen, sin mencionar el secuestro, que durante los primeros días del quinto ciclo ambas delegaciones definan los asuntos que se van a tratar durante las plenarias, argumentando -y de paso respondiendo a Patiño- “que no se debe encomendar esta tarea a otras instancias de menor alcance”.
Si bien las dos delegaciones finalmente resolvieron encontrarse antes del ciclo, estas cartas, junto con otros mensajes de Antonio García, quien señaló que ese es un tema que se debe discutir en la mesa, pero que no “aceptará imposiciones”, indican que este no será un asunto sencillo de tratar y que por ahora las delegaciones van por caminos opuestos.
Las líneas rojas del gobierno ya están trazadas. Desde el saliente comisionado de Paz, Danilo Rueda, hasta los miembros de la delegación han manifestado que el secuestro debe parar.
“Quiero señalar el compromiso de nuestra delegación de que, nombre por nombre y caso por caso, exigiremos al ELN que ponga en libertad a las personas que tiene en su poder y que más allá de ello renuncie definitivamente a esta práctica”, señaló el senador Iván Cepeda antes de partir rumbo a México.
La financiación
Otro asunto que se pondrá sobre la mesa del lado del ELN es el de la financiación de la guerrilla como condición para dejar de secuestrar y cometer otros delitos como extorsiones, algo que el gobierno no ve viable en esta fase del proceso, pese a que en más de una ocasión se ha hablado de la posibilidad de crear un fondo multilateral para tal fin.
“De financiación, si acaso, se puede hablar cuando se vislumbre el fin del conflicto. Ellos están planteando que lo que hay que financiar es el cese del fuego; nosotros pensamos que lo que hay que financiar es la construcción de paz”, dijo Otty Patiño en entrevista con María Isabel Rueda.
Juan Manuel Torres, coordinador regional de Pares, considera que el gobierno acierta y que si bien “es lógico que en este contexto de urgencia dé resultados”, se está en punto tan crítico de la negociación que “no se deben tomar decisiones aceleradas que afecten el cálculo político de la negociación”.
Hay que recordar que en la negociación con las extintas FARC la discusión sobre la financiación ocurrió antes de arrancar la fase pública, es decir, durante los encuentros exploratorios de febrero de 2012.
Para los analistas, estos dos temas serán fundamentales para saber qué tan firme está el gobierno frente a las pretensiones de la guerrilla.
“El gobierno tiene que ponerse muy serio con la metodología, con plantear líneas rojas y en ese sentido es importante lo que Patiño ha dicho sobre sentarse y de verdad preguntarle al ELN si va a seguir o no secuestrando, porque de lo contrario no tiene sentido. Aunque hay que tener claro algo y es que no creo que el gobierno quiera romper estas conversaciones; sin embargo, puede ser el punto para dejar la laxitud”, opinó Andrés Felipe Ortega, analista en temas de paz y conflicto y profesor de la Javeriana.
Otro elemento es que Patiño llegará a la mesa sin haber sido posesionado como comisionado de Paz, pero con un estatus mayor luego de que el presidente Petro lo anunció como el reemplazo de Rueda, lo que según expertos le dará mayor margen de maniobra en la mesa.
En todo caso, la presión para el gobierno por parte de la oposición y de la misma sociedad civil no es menor.
“Las negociaciones se pueden hacer cuando hay voluntad de paz, y la voluntad de paz es la liberación inmediata de todos los colombianos. Tenemos un gobierno que ha abandonado los territorios, que los tiene prácticamente despejados y por eso están secuestrando”, señaló la senadora Paloma Valencia durante una audiencia en el Congreso en donde se escucharon a los familiares de personas secuestradas.
Otros temas
Este ciclo también está atravesado la primera evaluación del cese el fuego, vigente desde el 3 de agosto. Este primer informe del Mecanismo de Verificación de la tregua debió haber sido presentado a los miembros de la mesa a principios de noviembre, pero el caso de Mane Díaz retrasó el análisis.
Asimismo se revisarán los avances en la fase de diseño del Comité Nacional de Participación, instancia que durante esta ronda de diálogos suspenderá sus encuentros.