Las protestas y disturbios callejeros desatados en España por el encarcelamiento del polémico rapero Pablo Hasél han provocado un nuevo episodio de tensión en el gobierno de coalición en España, después de que la formación izquierdista Podemos, socio minoritario del Ejecutivo, haya evitado condenar la violencia provocada por los manifestantes, que han causado importantes destrozos en ciudades como Barcelona y Madrid.
Por cuarta noche consecutiva este viernes volvían a repetirse en varias ciudades de Cataluña las manifestaciones en favor de Pablo Hasél. Y se espera que se produzcan concentraciones también en Madrid a lo largo del fin de semana.
El rapero catalán, de 33 años de edad, cumple desde el pasado martes una condena de nueve meses de prisión por los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, ambos tipificados por el Código Penal español como «delitos de expresión», que el Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez ya ha anunciado que modificará próximamente.
La reforma del Código Penal español fue solicitada también por organizaciones como Amnistía Internacional, que considera la condena a Hasél como desproporcionada.
«Nadie debería ser condenado penalmente por tuitear o cantar algo desagradable o escandaloso», dijo la organización en sus comunicados.
Protestas y disturbios
Durante los tres últimos días las protestas callejeras saldaron con numerosos destrozos en las calles de muchas ciudades españolas, principalmente en Barcelona, Madrid y Valencia. Esto además de fuertes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que derivaron en decenas de detenidos, entre ellos menores de edad; así como heridos, varios de ellos policías y una manifestante que perdió un ojo.
La postura de la formación de Podemos y su líder, Pablo Iglesias, así como de su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, fue apoyar a los manifestantes.
“Apoyando a los jóvenes antifascitas pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles», dijeron. Lo que ha desatado una nueva tormenta en el interior del gobierno, cuyo presidente, el socialista Pedro Sánchez, dijo este viernes:
“En una democracia plena, y la española es una democracia plena, resulta inadmisible el uso de cualquier tipo de violencia», en alusión a los disturbios registrados en los últimos días.
Fue la primera vez que Sánchez se manifestó sobre los sucedido estos días, aunque ya lo habían hecho algunos de sus ministros y la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Carmen Calvo, que habían rechazado además la postura del vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, por no condenar la violencia en las manifestaciones.
Sánchez no aludió a la postura de Iglesias, como tampoco lo hizo en días anteriores a las de varios portavoces de esta formación de izquierda que mostraron su apoyo a las movilizaciones.
El líder de la oposición, el conservador Pablo Casado, reclamó a Sánchez que cese a su vicepresidente Pablo Iglesias, y afirmó: “Si no le para los pies, se está haciendo corresponsable de lo que suceda».
De dónde viene la pena de prisión
Hasél fue condenado en 2014 a dos años de cárcel por enaltecer en las letras de sus canciones el terrorismo, pero la Audiencia Nacional española decidió en septiembre de 2019 dejar en suspenso su ejecución durante tres años.
En 2018 volvió a ser juzgado por el mismo delito y otro de injurias a la monarquía y a las fuerzas de seguridad. Aunque en un principio se le condenó a dos años de prisión, se le rebajó la pena a nueve meses de cárcel, sentencia que el pasado junio fue ratificada por el Tribunal Supremo.
El Supremo alegó en su fallo que la libertad de expresión no puede utilizarse como «paraguas» o «cheque en blanco» para fomentar y ensalzar actividades terroristas. Y concluyó que los ataques del rapero al rey y a las fuerzas de seguridad no es libertad de expresión, sino “odio y ataques al honor».
Hasel también fue sentenciado en febrero de 2017 por un delito de resistencia o desobediencia a la autoridad o sus agentes. Y en julio de 2018 por allanamiento de local.
Letras que bordean la libertad de expresión
Los temas de Hasél inciden en la recuperación de la conciencia política y social de las clases populares; y cargan de forma directa y con extrema dureza, hasta llegar al insulto, contra la monarquía, los partidos políticos, el capitalismo, la banca, la Iglesia o las fuerzas policiales.
Títulos como «Muerte a los Borbones», «Juan Carlos el Bobón», «Mariano Rajoy Brey (El brazo idiota de la ley)» o «Demomafia» son algunos de sus mensajes.
La Justicia española ha considerado delictivos algunos videos que el rapero colgó en su cuenta de Youtube. Es el caso de uno dedicado al rey emérito, Juan Carlos I, en el que lo relaciona a él y a su hijo, el actual monarca Felipe VI, con el dictador Francisco Franco.
También 1.915 tuits, fechados entre 2014 y 2016 en los que, según la Fiscalía, aparecen los términos Grapo y ETA (grupos terroristas españoles), bomba, monarquía, Policía y Guardia Civil; 65 de los cuales pueden ser constitutivos de delito.
Hasél no es el primer rapero cuyo caso sacude la polémica sobre los límites de la libertad de expresión en España.
En 2018, otro rapero, Valtonyc, fue condenado a tres años y medio de prisión por los mismos delitos. Sin embargo, no ingresó en prisión y huyó a Bélgica. La Audiencia Nacional emitió una euroorden para solicitar su entrega, que está a la espera de resolverse.