Israel
EFE/EPA/MOHAMMED SABER

José Sebastián Manrique es un venezolano, de 30 años de edad, que estaba en un tour de vacaciones con su familia en Jerusalén cuando escuchó las primeras alarmas del ataque del movimiento islamista palestino Hamás contra Israel. Ahora siguen varados sin poder salir del país.

Manrique relató por teléfono a la Voz de América que al escuchar las sirenas, su guía local le restó importancia y solo les decía: «Esto pasa todo el tiempo, no tienen de qué preocuparse”.

A lo que ellos y parte de su grupo de turistas permanecieron sentados mirando al cielo y grabando con sus teléfonos lo que consideraron fuegos artificiales.

“Grábalo, grábalo”, se escucha a una mujer, entre risas, en un video que el venezolano compartió en redes. Poco después fueron alertados del “ataque terrorista”.

“Seguimos haciendo el tour con toda normalidad, hasta que el Ministerio del Turismo llamó a todos los guías y nos mandaron al hotel. Y después nos dijeron que resolvamos como podamos”, indicó.

Desde entonces intentan salir de Israel, que visitaban por primera vez.

«Nos dejaron en la calle»

Este ingeniero mecánico aseguró al medio digital que en Tel Aviv alquilaron un búnker, común y disponible en la plataforma de alquiler de apartamentos turísticos de corta duración Airbnb. Allí pasó la primera noche luego del ataque junto con su esposa, padres, hermano, cuñada y sobrinas menores de 3 años.

El vuelo de Manrique con Iberia, previsto para el domingo, fue cancelado, al igual que otros vuelos. Y en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión, que sirve a Tel Aviv, presionan para que puedan salir.

“O por lo menos que salgan mis sobrinas, mi esposa y la esposa de mi hermano. Que salgan todas las mujeres como puedan… Nos dejaron en la calle, no nos han dado ni un dólar (…) ya nos hemos quedado sin dinero, estamos sin nada”, expresó.

En el aeropuerto, Manrique ha vuelto a escuchar alarmas y detonaciones, ya consciente de que no son fuegos artificiales.

“Claro, tenemos miedo (…), nerviosismo de que pueda ocurrir otro bombardeo o algo por el estilo”.

Más de 1.200 muertos

Más de 1.200 personas han muerto en ambos bandos desde que comenzaron las hostilidades, entre ellos decenas de ciudadanos extranjeros que han sido asesinados, heridos o tomados como rehenes desde la ofensiva, incluidos latinoamericanos y españoles.

Varios de ellos participaron en una fiesta «rave» en el desierto cerca de la frontera con la Franja de Gaza, donde murieron al menos 250 personas.

El ejército israelí ordenó el asedio de la Franja de Gaza controlada por Hamás, como respuesta a la ofensiva sin precedentes lanzada el sábado por ese grupo islamista palestino.


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