El Tribunal Supremo español elevó hoy de nueve a quince años de prisión la condena contra los cinco integrantes de la denominada «Manada» al considerar que violaron a una joven, y no solamente hubo abusos sexuales, como sí apreciaron dos sentencias anteriores.
En un caso muy simbólico y polémico que entraba en las fronteras de cómo se define legalmente una violación, el alto tribunal apreció este viernes que los cinco hombres cometieron un delito continuado de violación, y no de abusos sexuales, durante los hechos que tuvieron lugar en julio de 2016 durante las fiestas de los Sanfermines de Pamplona.
Los cinco magistrados del Supremo que revisaron la sentencia previa y la primera apelación admitieron en gran parte la petición de la Fiscalía, que solicitaba 18 años de prisión, al considerar que se había producido «intimidación» por la soledad de la víctima frente a cinco hombres en un lugar oscuro y solitario, que fue un portal de una vivienda de vecinos de Pamplona.
Poco después de anunciarse la decisión, la Policía detuvo a los cinco miembros del grupo, que se encontraban en Sevilla (sur) en libertad provisional a la espera de la sentencia definitiva, para la comunicación formal de la pena y su entrada en prisión.
Los hechos ocurrieron en julio de 2016 en las famosas fiestas de Pamplona (norte), que congregan cada año a decenas de miles de personas de fuera de la ciudad, y desde entonces han sido un argumento potente en la discusión feminista en este país.
Cinco hombres jóvenes de Sevilla que se autodenominaban La Manada fueron acusados por una chica de 18 años de haberla llevado de madrugada a un zaguán donde, según ella, cometieron sobre ella todo tipo de prácticas sexuales mientras lo grababan con sus teléfonos. Al acabar, la abandonaron y le robaron el celular.
La Fiscalía pública y la acusación particular consideraron que hubo violación, ya que la joven se sintió intimidada y no pudo oponer resistencia debido al número y la fortaleza de los hombres, además de que ella había bebido mucho.
En cambio, ellos y su abogado defensor insistieron en su inocencia, argumentando que todo el episodio se desarrolló con el libre consentimiento de la joven y sin ningún tipo de violencia.
La sentencia inicial, dictada por un tribunal de Pamplona en abril de 2018, consideró que se había producido un delito continuado de abusos sexuales, pero no de agresión sexual (violación), punto de vista que fue confirmado en una primera apelación en diciembre pasado.
Estas primeras sentencias generaron importantes protestas en todo el país, sobre todo por parte de mujeres, en las que se hizo famoso el eslogan «No es abuso, es violación».
El caso acabó teniendo repercusiones en España, donde se estudia cómo redefinir a nivel jurídico la violación, pero también a nivel internacional, y el año pasado el pleno del Parlamento Europeo debatió la definición del delito de violación.
Además, entraron en la discusión personajes conocidos a nivel internacional como la actriz estadounidense Jessica Chastain, quien también señaló en redes sociales «No es abuso, es violación» y se sumó así a numerosas actrices españolas.
El Gobierno español en funciones, que ha hecho del feminismo una de sus señas de identidad, ensalzó la sentencia, avanzada por el Supremo y que aún no se ha hecho pública oficialmente.
El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, señaló en Twitter que la decisión del Supremo confirma que lo ocurrido «fue una violación» y que «España sigue avanzando en la protección de los derechos y libertades de las mujeres».
«Hoy se ha hecho justicia y se ha dado un paso más en la defensa de los derechos de las mujeres en España. Tenemos derecho a vivir libres y sin miedo», afirmó por su parte la ministra portavoz, Isabel Celaá.