El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anunció este jueves una nueva flexibilización de las restricciones de lucha contra el covid-19 y confirmó la salida del país de la severa tercera ola de contagios vivida en los últimos meses, que estuvo impulsada por la variante delta.
«Esta tercera ola duró más de 130 días y fue unas dos semanas más larga que cada una de las anteriores. En el pico de la tercera ola estuvimos registrando unos 20.000 nuevos casos cada día», detalló el mandatario durante una comparecencia televisada a última hora de este jueves.
A la vista de esos datos, Ramaphosa anunció que, a partir de este viernes, Sudáfrica -nación que, con 2,9 millones de casos acumulados y casi 90.000 muertes, es el gran epicentro del covid-19 del continente africano- pasa a tener el nivel más leve entre los cinco grados de restricciones que el país viene aplicando desde el comienzo de la pandemia.
Se flexibilizarán medidas como el toque de queda -que estará en vigor al día solo durante cuatro horas, empezando desde la medianoche- y se volverá a permitir comprar alcohol en los comercios y supermercados durante los fines de semana.
También se relajarán las restricciones sobre el aforo, tanto para exteriores como para interiores, a partir de este 1 de octubre, un mes que estará marcado por los actos de campaña para las elecciones municipales que Sudáfrica celebrará el 1 de noviembre.
Vacunación en Sudáfrica
Ramaphosa señaló que espera tener al 70% de la población adulta vacunada para finales de este año, un logro que, según los cálculos del Ministerio de Salud sudafricano, podría salvar unas 20.000 vidas.
Para ello, no obstante, Sudáfrica deberá incrementar notablemente el ritmo de vacunación, ya que hasta ahora solo algo más de una quinta parte de los adultos tiene la pauta completa (unos 8,6 millones de personas entre una población total de 58,5 millones).
Por último, el presidente sudafricano indicó que mantuvo este jueves una conversación con el primer ministro británico, Boris Johnson, para discutir los motivos por los que el Reino Unido mantiene a Sudáfrica en su lista de países restringidos, incluso para viajeros vacunados, algo que ha generado mucho descontento en el país africano.
La razón alegada desde Londres es la prevalencia de la variante beta en Sudáfrica, a pesar de que actualmente su presencia ha sido prácticamente borrada por la variante delta.
«Ambos coincidimos en que las decisiones de esta naturaleza deben fundarse en la ciencia y somos optimistas respecto a un resultado positivo cuando este tema sea revisado en los próximos días», señaló Ramaphosa respecto a su conversación con Johnson.