Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior de Chile, confirmó este miércoles que subió a 18 la cifra de muertos durante las protestas en ese país.
La cantidad se incrementó luego de que ocurrieron tres muertes este martes, entre ellas las de un adulto y un niño en una colisión masiva en el sur del país. La otra persona murió en un barrio de la ciudad de Santiago.
De acuerdo con Ubilla, se reportan 169 hechos de violencia en las últimas 24 horas, en los que han sido detenidos 979 ciudadanos.
Del total de las detenciones de este martes, 592 ocurrieron bajo la vigencia del toque de queda, que se reprodujo en muchas zonas del país.
“Hubo una capacidad más efectiva de las fuerzas policiales y de seguridad para evitar saqueos e incendios”, indicó el subsecretario.
Reconoció que la violencia disminuyó en comparación con el lunes pasado.
Ubilla también señaló que hubo 54 marchas de protesta en todo Chile el martes. Se calcula que participaron alrededor de 220.000 personas.
El funcionario expuso que durante los enfrentamientos 95 militares y policías resultaron lesionados, así como 102 civiles.
En contraposición, el Instituto Nacional de Derechos Humanos reporta desde el pasado jueves un total de 1.894 detenidos.
Además, el organismo indicó en su último balance, publicado en la madrugada de este miércoles, que 269 personas resultaron heridas en el marco de las protestas. De ellas, 137 fueron por arma de fuego.
Denuncian abusos y torturas
Entre los fallecidos se encuentran dos ciudadanos colombianos, un ecuatoriano y un peruano. De los decesos, el Instituto de Derechos Humanos contabilizó cinco casos ocurridos por la intervención de agentes del Estado.
Constataron también relatos de torturas y abusos de los funcionarios en los últimos cinco días.
El aumento del precio del pasaje del metro en Santiago de Chile marcó el inicio de una oleada de protestas que, con el paso de los días, despertó el hartazgo de parte de la ciudadanía por las altas tarifas que pagan por servicios de luz o gas, así como el nulo reparto del sistema de pensiones o los deficientes servicios de salud pública, lo que ha generado un estallido social desconocido en la historia reciente de Chile.