El interrogatorio a Stormy Daniels, en el centro de la causa que ha sentado a Donald Trump en el banquillo de la justicia, concluyó este jueves tras el intento de la defensa de presentarla como una mentirosa avariciosa que se aprovechó de sus acusaciones.
La exactriz de cine porno negó haber amenazado al magnate con revelar una supuesta relación extramatrimonial de 2006, que Trump siempre ha negado, si no le pagaba.
«Quería que se supiera la verdad, que quedara registrada en un documento para que mi familia no saliera perjudicada», dijo Daniels a la implacable abogada de Trump, Susan Necheles.
Trump está acusado de falsificar 34 documentos contables para disfrazar el pago de 130.000 dólares a Daniels haciéndolos pasar como gastos legales de su entonces abogado Michael Cohen en la recta final de las elecciones de 2016, que ganó frente a Hillary Clinton.
Los abogados de Trump han querido presentarla ante el jurado como «sórdida, avariciosa y poco fiable», acusándola de «extorsionar» al magnate, candidato republicano en las elecciones de noviembre frente a Joe Biden.
Durante casi ocho horas de interrogatorio el martes y el jueves, Daniels explicó al jurado de Nueva York la aventura de una noche que según ella tuvo con Trump en un torneo de golf de famosos.
El jueves, los abogados de Trump sugirieron que Daniels buscaba dinero con esta supuesta relación que contó en un libro por el que habría recibido 800.000 dólares, según la defensa.
«Lo odiaba»
La acusaron de aparecer en un club de striptease, con una foto de Trump y el eslogan «Making America Horny Again (Haz América Cornuda de nuevo)».
«Nunca utilicé ese eslogan. «Lo odiaba», dijo Daniels, de 45 años de edad, que llevaba vestido verde y larga chaqueta negra con capucha.
El martes describió con detalles el supuesto encuentro con el magnate inmobiliario en un torneo de golf en 2006. Su pijama, sus calzoncillos, la posición sexual y que no se puso preservativo, bajo su mirada impertérrita.
Y aunque no fue amenazada verbal ni físicamente, dijo que se había sentido avergonzada por no haberlo impedido, por no haber dicho que no.
Tras recordarle que había dirigido y participado en más de 150 películas porno, la abogada de Trump le dijo que tenía mucha experiencia en hacer que las historias falsas de sexo parecieran reales.
«Si esta historia no fuera cierta, la habría escrito mucho mejor», respondió Daniels.
Los abogados de Trump llegaron a pedir la anulación del juicio el martes alegando que el testimonio de Daniels es extremadamente perjudicial para una causa que gira esencialmente sobre registros contables relacionados con las elecciones. El juez Juan Merchan lo rechazó.
Este jueves volvieron a pedirlo.
Tras Daniels subieron al estrado otras tres testigos, entre ellas Madeleine Westerhout, exdirectora de operaciones del Despacho Oval, que lo describió como un hombre práctico.
«Caso Frankenstein»
En declaraciones a los periodistas a la entrada al tribunal este jueves, Trump dijo que el juicio es un «caso Frankenstein».
«El fiscal se lo está inventando sobre la marcha», dijo el magnate.
Merchan ha prohibido a Trump, que durante años ha llamado a Daniels «cara de caballo» y proferido otros insultos contra ella, hablar públicamente de los testigos, el jurado y personal de la corte.
Trump dijo el jueves que ha presentado un recurso contra la orden de silencio ante un tribunal de apelación, pero no dio más detalles.
Su abogado exigió que se permitiera a Trump responder públicamente a las afirmaciones de Daniels sobre su encuentro ahora que ella ya ha declarado.
Merchan, que ya ha impuesto 10.000 dólares de multa al magnate por desacatar su orden, se negó a levantarla.
Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020.
Y en Florida por presunta manipulación indebida de documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca, pero ese caso ha sido aplazado indefinidamente.
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