Ante la espera angustiosa de los familiares, los socorristas internacionales buscaban este viernes 7 de agosto supervivientes entre los escombros del puerto de Beirut, del que varios responsables han sido detenidos tras la gigantesca explosión que ha dejado más de 150 muertos.
La brutal deflagración, la más devastadora que ha vivido Líbano, suscitó la cólera de la población que en octubre de 2019 inició un gran movimiento de protesta contra la clase política.
La indignación no hace más que crecer con un gobierno que se mostró incapaz de justificar la presencia de nitrato de amonio, un químico muy inflamable, en el puerto «sin medidas de prevención», como lo confesó el propio primer ministro.
Cerca del epicentro de la deflagración, junto a los silos gigantes de cereales destruidos, los socorristas franceses, italianos, alemanes y de otras nacionalidades coordinan sus esfuerzos.
«Espero que me digan que te han retirado vivo de los escombros, habibi (mi amor)», escribió en Twitter Emilie Hasrouty, hermana de un funcionario del puerto de 38 años de edad, desaparecido en los silos.
«He llamado a todas las puertas para tener noticias tuyas y espero que la espera termine pronto, estoy paralizada de miedo», agrega.
El viernes por la mañana, cuatro cuerpos fueron recuperados por los socorristas en el puerto prácticamente destruido por la explosión del martes, que causó además más de 5.000 heridos y dejó a centenares de miles de personas sin vivienda en los barrios cercanos, alimentando la rabia de la población contra una clase política acusada de incompetencia y corrupción.
La ayuda internacional llega a Beirut, visitada el jueves 6 de agosto por el presidente francés Emmanuel Macron, quien pidió una investigación internacional sobre esta explosión provocada de acuerdo con las autoridades por un incendio en un almacén donde llevaban almacenadas seis años unas 2.700 toneladas de nitrato de amonio.
Macron se reunió con las autoridades libanesas y políticos, entre ellos miembros del Hezbolá, y representantes de la sociedad civil. Instó a las autoridades a un cambio profundo, y anunció la convocatoria de una conferencia de ayuda de donantes para recabar fondos para Líbano, en pleno marasmo económico desde hace meses.
Esta conferencia, que será telemática, tendrá lugar el domingo 9 de agosto, indicó este viernes la Comisión Europea, al confirmar su participación. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció que visitará Líbano el sábado.
Asimismo, las agencias de la ONU lanzaron el viernes un llamado urgente a la solidaridad internacional, además de los 9 millones de dólares desbloqueados de fondos humanitarios de la organización.
«Todo está pulverizado»
A diferencia de un terremoto, en la catástrofe del puerto, «el epicentro está a pocos metros de nosotros, mientras que en un sismo, suele estar a varios cientos de metros de profundidad», declaró a la AFP el coronel Vincent Tissier, que dirige un equipo de 55 miembros de la seguridad civil francesa.
«Las cosas suelen caer por capas por plantas. Aquí todo se ha pulverizado».
Los socorristas rusos, que se mueven con dificultad por el maíz, realizan sus búsquedas mientras las excavadoras retiran contenedores destrozados.
Los equipos de defensa civil libanesa observan con ansiedad un perro que ha dado la vuelta a un cráter que dejó una grúa caída. Una calma angustiosa reina en el puerto, solo rota por los ruidos de la maquinaria que limpia la inmensa planicie de restos, montículos infinitos de hierros retorcidos y desarticulados.
En una capital con aire apocalíptico -las autoridades no han puesto en marcha ningún dispositivo para ayudar a los ciudadanos-, centenares de libaneses están movilizados, en un enorme ola de solidaridad, para proseguir las operaciones de retirada de escombros o ayudar a los que se han quedado sin techo.
Varios países han enviado material médico y sanitario y hospitales de campaña. La Unión Europea ha desbloqueado 33 millones de euros de urgencia y el ejército estadounidense ha enviado tres cargamentos con agua, alimentos y medicamentos.
Este viernes se esperaban ayudas de Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. En la inmensa ciudad deportiva de Beirut, Rusia ha instalado un hospital de campaña, donde los primeros pacientes empezaron a llegar, ya que los hospitales de la capital están saturados.
16 funcionarios detenidos
El jueves por la noche, las fuerzas del orden recurrieron a gases lacrimógenos en el centro de la ciudad para dispersar a decenas de manifestantes iracundos por la incompetencia y la corrupción de las autoridades.
En las redes sociales, circulan llamamientos para convocar una manifestación contra el gobierno el sábado, con el lema «Cuélguenlos».
Las autoridades libanesas aseguran que el almacén explotó tras un incendio. Las autoridades del puerto, servicios de aduanas y algunos servicios de seguridad sabían que había químicos peligrosos almacenados pero se han echado las culpas unos a otros.
Además del nitrato de amonio, el fiscal militar habló de la presencia de «materiales altamente inflamables de combustión lenta», informó un comunicado.
16 funcionarios del puerto y de las autoridades portuarias han sido detenidos en el marco de la investigación.
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