El senador demócrata Bob Menéndez, que preside el comité de Exteriores del Senado de Estados Unidos, afirmó el martes que no habrá una intervención militar en Cuba.
“No vamos a tener una intervención militar en Cuba”, dijo en declaraciones a la prensa en los pasillos del Congreso.
Menéndez, de origen cubano, es uno de los senadores más influyentes en política exterior y mantiene una línea directa con el presidente estadounidense Joe Biden. Ambos conversaron en las últimas horas acerca de las masivas protestas antigubernamentales en la isla.
El senador dejó claro que esa opción no está sobre la mesa y alegó que ni siquiera las administraciones más anticomunistas la consideraron. Mencionó los gobiernos de Ronald Regan (1981-1989), George W. Bush (2001-2009) y Donald Trump (2017-2021).
“Nadie ha considerado eso, así que vamos a dejar eso al lado”, afirmó Menéndez, quien destacó que son los fidelistas quienes tratan de imponer ese miedo.
El sitio web Cuba Debate publicó el lunes un artículo con el titular El objetivo contra Cuba es claro: Intervención militar. En el texto se aseguró que Washington quiere promover la idea de una intervención humanitaria frente a la situación sanitaria de la isla.
Sectores del exilio cubano en Florida han pedido al gobierno de Biden que juegue un papel más activo. Algunos se han posicionado a favor de una intervención militar.
El alcalde de Miami, el republicano Francis Suarez, también de origen cubano, pidió el lunes al gobierno estadounidense que intervenga en Cuba de una forma o de otra.
Pero Biden aún no ha definido cuál será su política hacia Cuba y tampoco ha aclarado si levantara las sanciones económicas que impuso su predecesor Donald Trump.
Menéndez, muy activo en el tema cubano, ha recibido críticas constantes del régimen cubano. El martes el director general para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, consideró que el senador es un “patológico escritor de fantasías”.
Las protestas en Cuba se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria. Con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad rutinarios.
Se tratan de las manifestaciones más fuertes que han ocurrido desde el llamado Maleconazo de agosto de 1994.