Un sismo de unos 3,5 grados en la escala de Richter se registró esta noche en territorio palestino e Israel, generando ligeros temblores pero sin causar heridos ni graves daños materiales, mientras la región sigue marcada por los fuertes sismos que dejaron más de 7.200 muertos en Turquía y Siria.
Su epicentro se ubicó unos 28 kilómetros al noreste de la ciudad palestina de Nablus, en el norte de Cisjordania ocupada, informó el diario Haaretz, que citó registros del Centro Sismológico Europeo-Mediterráneo.
Los temblores se notaron en las gobernaciones palestinas de Nablus, Ramala, al Bireh o Jerusalén. Así como también en colonias israelíes del área y en otras localidades de Israel.
Según el digital Times of Israel, una unidad del Ejército israelí concretó que el sistema de alerta de terremotos que tiene habilitado el país no se activó, ya que los temblores que sacudieron la zona fueron ligeros y no suponían un peligro para la población.
En Cisjordania, el Centro Sismológico de la Universidad Nacional An Najah de Nablus calculó que el sismo tuvo una magnitud de entre 3,4 y 3,7 grados en la escala de Richter.
Remarcó que se trató de un terremoto más bien débil que tampoco es inusual, ya que la región suele estar expuesta a estos sismos, según concretó la agencia oficial de noticias palestina Wafa.
Israel y los territorios palestinos están situados en el llamado rift africano-sirio, una zona vulnerable geológicamente que atraviesa el Valle del Jordán. Según expertos, algún día podría provocar un seísmo de gran magnitud.