Este 16 de julio se cumplen 75 años de la prueba Trinity, primera explosión de una bomba atómica, a cargo de Estados Unidos, que tuvo lugar en un remoto enclave del desierto de Nuevo México.
La bomba atómica detonada usaba como material fisionable plutonio, igual que la lanzada semanas después sobre Nagasaki, Japón. La bomba atómica de Hiroshima estaba hecha a base de uranio 235.
La creación de las armas nucleares se planteó a raíz de la creciente tensión política internacional y los avances científicos de finales de la década de 1930. Ya en plena Segunda Guerra Mundial, el esfuerzo estadounidense se convirtió en el Proyecto Manhattan, con el objetivo de tener una bomba atómica antes que la Alemania de Hitler.
A mediados de 1945, con los nazis derrotados y Japón presentando una resistencia enconada que se extendía ya a su territorio nacional, este ingente trabajo de investigación había dado resultado.
A las 5:29 am del 16 de julio, el dispositivo explotó con una energía de 19 kilotones, equivalentes a 19.000 toneladas de TNT. Dejó un cráter en el suelo desértico de 3 metros de profundidad y 330 metros de ancho. En el momento de la detonación, las montañas circundantes fueron iluminadas durante uno a dos segundos. Los colores observados de la iluminación variaban desde morado hasta verde, y finalmente a blanco. El estampido de la explosión tardó 40 segundos en alcanzar a los observadores y la onda de choque pudo sentirse a 160 kilómetros de distancia. La nube en forma de hongo alcanzó 12 kilómetros.
El director de Los Álamos, Robert Oppenheimer quien observó la prueba, más tarde comentó que el evento le recordó una línea del famoso texto indio Bhagavad Gita: «Me he convertido en muerte, en destructor de mundos».
Un nuevo mineral
Richard Feynman afirmó ser el único observador en ver la explosión sin los lentes oscuros, protegiéndose de los dañinos rayos ultravioleta únicamente tras el cristal de un camión, informó Wikipedia.
En el cráter, la arena del desierto, compuesta principalmente de sílice, se derritió convirtiéndose en un vidrio de color verde claro, el cual fue llamado trinitita. El cráter se rellenó después de la prueba, y el ejército informó del evento como una explosión accidental en un área de desecho de municiones, lo cual no fue desmentido ni hecho público hasta el 6 de agosto, después del ataque a Hiroshima.
Alrededor de 260 personas presenciaron la prueba, ninguna a una distancia menor de 9 kilómetros.
El área fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1975 y es accesible al público durante el primer sábado de abril y de octubre. Aún existe una pequeña radiación residual en el sitio. El Monumento Trinity, formado por una roca áspera y oscura en forma de obelisco de alrededor de 3,6 metros de altura, marca el hipocentro de la explosión.