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Sacerdote denuncia que Guatemala es irresponsable con los migrantes venezolanos

por Avatar EFE

El sacerdote argentino Francisco Pellizari, director de la Casa del Migrante en Ciudad de Guatemala, califica de «irresponsable» la política migratoria del país centroamericano, que ha prohibido la entrada a casi 7.000 venezolanos en 2022, y advierte que en la última década se ha triplicado la cantidad de personas en busca de ayuda humanitaria.

«La persecución y expulsión de migrantes me parece una irresponsabilidad de los gobiernos de países como Guatemala y México», expuso Pellizari en entrevista con Efe.

«Estamos hablando de un filtro a servicio de Estados Unidos», añadió el sacerdote, para describir la postura tomada por Guatemala y México con los migrantes venezolanos que intentan llegar vía terrestre a la nación norteamericana tras recorrer 6.000 kilómetros desde su país natal.

Un «hijo de la migración»

Pellizari, nacido en Buenos Aires hace 60 años y fanático del Boca Juniors, se define como «hijo de la migración» al tener como origen una familia de italianos desplazados por la Segunda Guerra Mundial.

Desde hace tres décadas, el religioso se incorporó a la Orden de Misioneros de San Carlos Scalabrinianos e inició su misión en San José, California, donde atendía problemáticas de migrantes recién llegados a Estados Unidos.

En enero de 2022, Pellizari fue nombrado director del albergue Casa del Migrante de la Ciudad de Guatemala. A partir de entonces se convirtió en testigo de un inédito y peligroso éxodo de miles de migrantes venezolanos.

Las cifras de las autoridades guatemaltecas señalan que en lo que va de año se ha expulsado a 15.000 migrantes, la mayoría de ellos venezolanos, además de que se la ha prohibido la entrada a 7.000 de sus compatriotas por no contar con los documentos requeridos para entrar al país.

A ello se suma que desde el 12 de octubre Estados Unidos reformó su política migratoria para ordenar la expulsión de las personas de Venezuela que llegan a su frontera sur y filtrarlos a través de un programa de solicitud de admisión que debe realizarse remotamente.

«Hemos atendido a muchos venezolanos que vienen de regreso de la frontera estadounidense, ya sin esperanza ni sueños”, cuenta el sacerdote.

Atención humanitaria en Guatemala

Misioneros como Pellizari se convirtieron en testigos del aumento constante de migrantes necesitados de atención humanitaria.

«Este año hemos experimentado una especie de minicaravanas, un flujo constante de personas en pequeños grupos», dice Pellizari.

Aunque las caravanas masivas de migrantes centroamericanos han cesado, la cantidad de personas en tránsito siguen siendo muy similares a los reportadas entre 2018 y 2020.

El albergue Casa del Migrante, de la misión católica scalabriniana, estima cerrar este año con 16.000 migrantes atendidos en Ciudad de Guatemala, 80% de origen venezolano.

«Muchos migrantes llegan con heridas infectadas y con enfermedades de todo tipo», asevera el religioso.

EFE/ Edwin Bercián

Se triplican migrantes en una década

Pellizari estuvo en Guatemala entre 2012 y 2013 y, de acuerdo con sus cálculos, eran 4.000 los migrantes atendidos en promedio anualmente.

Una década después, el sacerdote ha observado cómo se triplicó el número de personas que tocan la puerta del albergue Casa del Migrante, pues este año están cerca de registrar la atención de 16.000 personas.

«No solo se aumentó el número, sino que el perfil de las personas que viajan cambió. Antes la mayoría eran hombres jóvenes», indica el argentino.

Venezolanos atrapados en «un limbo»

El sacerdote califica de «preocupante» que durante 2022 la mayoría de personas en tránsito atendidos en el albergue sean mujeres embarazadas y familias con niños menores de 5 años.

Pellizari advierte que existen venezolanos atrapados en «un limbo» en Guatemala, sin poder continuar hacia Estados Unidos ni regresar a su país.

«Los gobiernos no son capaces de dar atención social a sus propios ciudadanos, menos lo pueden hacer con migrantes», resaltó el sacerdote.

Se estima que, desde 2014, unos 6,4 millones de venezolanos han migrado debido a la inestabilidad económica del país, según datos del gobierno de Estados Unidos.

«Debemos ser conscientes de la crisis humanitaria y no creer en los discursos que ponen a los migrantes como enemigos de la seguridad nacional. Es absurdo pensar en eso», concluyó Pellizari.