Rusia y EE UU acordaron prolongar el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias nucleares, el New Start, que expiraba el 5 de febrero, según informó este martes el Kremlin.
«Los presidentes expresaron su satisfacción por el intercambio hoy de notas diplomáticas sobre el acuerdo para la prolongación del tratado de armamento ofensivo estratégico», declaró el Kremlin en un comunicado.
La nota añade que «en los próximos días» se completarán todos los procedimientos necesarios para garantizar la extensión de ese «importante mecanismo» jurídico internacional que limita los arsenales nucleares de ambas potencias.
Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Estados Unidos, Joe Biden, abordaron el tema este martes durante su primera conversación telefónica desde que el segundo asumiera el cargo el 20 de enero pasado.
El mandatario ruso ya ha entregado a la Duma del Estado (Cámara baja) el documento que acompaña el proyecto de ratificación del acuerdo, según el cual EE UU propone prolongar el tratado por cinco años, hasta el 5 de febrero de 2026, informa la agencia estatal rusa RIA Nóvosti.
Tanto la Duma como el Consejo de la Federación o Senado tienen previsto ratificar en los próximos días la extensión del tratado.
«Ambas cámaras del Parlamento no perderán ni un solo minuto en que el tratado sea prolongado jurídicamente», dijo Konstantín Kosachov, el jefe del comité de Asuntos Internacionales del Senado.
Horas antes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que «éste es ahora el principal asunto de la agenda en las relaciones bilaterales» y que «la prolongación (del tratado) responde a los intereses de ambos países y también de todo el mundo».
Putin había llamado insistentemente en los últimos meses al diálogo a EE UU para prorrogar el tratado «aunque sea durante un año».
Aseguró que Moscú está abierta a incluir en las negociaciones el nuevo armamento hipersónico desarrollado por Rusia que, insistió, no tiene parangón en el mundo y es capaz de superar el escudo antimisiles estadounidense.
Putin mantiene que la carrera armamentista en el mundo «está en marcha» desde que EE UU abandonara en 2002 el tratado antimisiles y que desde entonces Washington denunció también otros documentos internacionales, como el de eliminación de misiles nucleares de corto y medio alcance (INF) en 2019 o el de Cielos Abiertos en 2020.
El New Start, suscrito el 8 de abril de 2010 en Praga por los entonces presidentes de EE UU, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev, limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.
El anterior gobierno estadounidense insistió en la participación de China en las negociaciones, algo que rechaza Pekín y que en ningún momento apoyó Moscú.
Rusia, a su vez, ha dicho que en todo caso habría que incluir en las negociaciones también a Francia y el Reino Unido, las otras dos potencias nucleares declaradas de Occidente y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Moscú y Washington tienen 90% de todas las armas nucleares que existen en el planeta.
Durante su conversación con Biden, Putin, además de felicitar a su homólogo por su investidura, abogó por «la normalización» de las relaciones entre Moscú y Washington, recordando la «especial responsabilidad» de ambos países a la hora de mantener la estabilidad y seguridad en el mundo.