Rusia advirtió que podría reducir la extracción de petróleo entre 5 y 6% a comienzos de 2023 debido al precio tope de 60 dólares por barril impuesto a su crudo por la Unión Europea, el G7 y Australia como sanción por la campaña militar rusa en Ucrania.
«Estamos dispuestos a reducir parcialmente las extracciones. A principios del próximo año nuestra reducción puede ser de entre 500.000 y 700.000 barriles diarios», dijo el viceprimer ministro ruso, Alexandr Novak, en una entrevista con la cadena estatal de televisión Rossía 24.
Explicó que ello supone una disminución de entre 5 y 6% de la producción diaria.
«No es un volumen importante, pero existe este riego», dijo Novak, que reiteró que Rusia no suministrará petróleo y derivados de crudo a las compañías de países que exijan que los contratos se ajusten al precio tope.
El jueves el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que el lunes o martes de la próxima semana emitirá un decreto con medidas de repuesta a la imposición de un precio máximo al crudo ruso.
«No perdemos nada por el tope ese», aseguró a la prensa el jefe del Kremlin, que advirtió que para la economía mundial la medida puede tener consecuencias desastrosas y provocar una drástica subida de los precios del crudo.