Días antes de que la princesa de Gales anunció que tenía cáncer, en las redes sociales circulaban todo tipo de conspiraciones acerca de su estado de salud, tras su repentina desaparición de la vida pública luego de una intervención quirúrgica en enero.
Los rumores de separación con el príncipe William, heredero al trono, y sobre el paradero de Kate aumentaron después de que la propia princesa de Gales publicó para el Día de las Madres una fotografía editada, y a los pocos días salió un video de la pareja en una tienda en el que según algunas personas no aparecía la verdadera Kate.
Sin embargo, estas teorías habrían sido impulsadas por grupos de desinformación con sede en Rusia, indicó la BBC en un artículo reciente.
«Hay pruebas contundentes de una campaña coordinada, que comparte y aumenta las afirmaciones falsas y el contenido divisivo, tanto en apoyo como en crítica a la princesa de Gales», aseguró el medio.
Los investigadores del Instituto de Innovación en Seguridad, Crimen e Inteligencia de la Universidad de Cardiff, consultados y citados por la BBC, encontraron patrones pasados de campañas de desinformación rusas y que son consistentes con el funcionamiento de una red de cuentas falsas.
Además, sostienen que detrás del revuelo cibernético en torno a la salud de Kate estaban grupos rusos envueltos en otras campañas de desinformación.
«No es una entidad estatal, pero está vinculada a personas que recientemente fueron objeto de sanciones en Estados Unidos por afirmar que eran parte de una «campaña de influencia maligna” que difundía noticias falsas», le comentó Martin Innes, director del Instituto, a la BBC.
Innes explica que el objetivo de estos grupos es aumentar el interés sobre un tema que es polémico en redes, sembrando más dudas y generando más confusión sobre las incógnitas que ya existen. «Es un enfoque mucho más efectivo y más difícil de rastrear que comenzar la desinformación desde cero», argumenta.
«Dice (Innes) que “secuestran” las dudas populares e inyectan más confusión y caos. Y luego se vuelve más difícil separar la desinformación coordinada de los individuos que comparten conspiraciones y persiguen clics. Pero los datos de las redes sociales analizados por el equipo de la Universidad de Cardiff muestran picos extremos y el intercambio simultáneo de mensajes de una manera que consideran consistente con el funcionamiento de una red de cuentas falsas», relata la BBC.
Y es que el rey Carlos III y la princesa Kate, esposa de su hijo William, heredero al trono británico, padecen un cáncer que les ha obligado a desaparecer de actos públicos relacionados con su función en la monarquía. La ausencia de ambos de cualquier acto público por esos cánceres de los que se desconoce la naturaleza en ambos casos, ha hecho que la realiza británica se haya tenido que adaptar a una situación sin precedentes.
Debido a ello el resto de los miembros de la realeza se hacen mas visibles para rellenar el vacío dejado por Carlos III y Catalina. Ese vacío es aún mayor teniendo en cuenta que los príncipes Andrés y Harry, hermano e hijo pequeño del rey, no pueden representar ya a la familia real.
Enrique y su esposa Meghan rompieron con la monarquía y se mudaron a Estados Unidos en 2020. Y en el caso de Andrés, este quedó eliminado de cualquier representación de la monarquía debido a sus vínculos con el fallecido financiero estadounidense Jeffrey Epstein y a acusaciones de agresión sexual resueltas mediante un acuerdo financiero con la presunta víctima.
La BBC también cita a Jon Roozenbeek, experto en desinformación del King’s College de Londres, quien dice que esta participación rusa en las teorías de conspiración es «independiente del sujeto» y que solo les interesa cualquier tema que «provoque clics».
¿Hay una estrategia detrás de los rumores sobre la princesa de Gales?
Innes le explicó a la BBC que muchas de las cuentas que promueven las teorías de conspiración sobre Kate se crearon en marzo, cuando precisamente los rumores empezaron a aumentar en redes sociales.
«Se alimentaban de una cuenta llamada “master”, que en este caso tenía un nombre que daba la idea de “jefe”, con una cascada de otras cuentas falsas respondiendo y compartiendo mensajes y atrayendo a otros usuarios», cuenta el artículo del medio británico.
El punto de los investigadores es que si bien muchas cuentas de personas reales compartieron preguntas sobre el tema -como «¿Por qué los medios quieren que creamos que son Kate y William?»-, hay pistas sobre otras cuentas que sugieren una red más organizada para automatizar esos mensajes.
Los investigadores de Cardiff que consultó el medio británico para su reportaje apuntan a una suerte de posición líder con «un sitio web de noticias falsas vinculado a Rusia y publicado en inglés, que tiene un logotipo de «verificación de hechos», que contiene una serie de historias macabras y extrañas sobre Kate».
Pero la BBC añade que «cuando se trata de identificar quién es responsable de tales actividades, puede resultar difícil atribuir esta red de desinformación a un grupo, organización o Estado en particular».
Lo cierto es que la semana pasada, en medio del revuelo por el paradero de la princesa de Gales, las embajadas del Reino Unido en Rusia y Ucrania emitieron serias advertencias de desinformación por los rumores que circulaban de que el rey Carlos III estaba muerto, lo que sugiere una alerta en la circulación de la información en redes sociales.
El riesgo de la desinformación es mayor si se tiene en cuenta que la muy popular princesa de Gales, esposa de William, es un miembro importante para la monarquía británica. Kate es particularmente activa en el tema de la infancia. Hasta enero, cada una de sus salidas públicas tuvo una amplia cobertura mediática.
El 17 de enero, cuando el Palacio de Kensington, la residencia oficial de los príncipes de Gales en Londres, anunció que se había sometido a una cirugía abdominal, indicó que probablemente no regresaría a sus funciones oficiales hasta Pascua, a finales de marzo.
Tras su cáncer, el Palacio de Kensington dijo que regresaría a sus funciones oficiales «tan pronto como su equipo médico le dé el alta». «Espero volver (al trabajo) cuando pueda, pero ahora debo concentrarme ante todo en mi recuperación completa”, dijo la princesa de 42 años de edad en un video.
«Estas operaciones de influencia extranjera tienen como objetivo socavar la confianza pública, sembrar discordia, amplificar y alimentar teorías de conspiración que ya existen. Esto los hace mucho más difíciles de rastrear, porque puede haber una combinación de personas reales que inician afirmaciones falsas y luego cuentas no auténticas que las llevan aún más lejos», añade la BBC.
Ese medio cita también a Anna George, quien investiga el extremismo y las teorías de la conspiración en el Oxford Internet Institute. Para ella, una característica de la desinformación rusa es que no necesariamente se ocupa de la narrativa que transmite, siempre y cuando siembre dudas sobre lo que es real y lo que no. George lo resume así para la BBC: «Quieren sembrar confusión sobre en qué puede confiar la gente».
*Con información de AFP y BBC
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