Un tribunal de Houston subastará este miércoles un cargamento de 100.000 barriles de gasolina que se sospecha que sería enviado a Venezuela. Así lo reseñó Reuters.
Esto, tras una demanda interpuesta por la compañía naviera Brujo Finance Company, con sede en las Islas Marshall, que temía que el traslado de combustible pudiera exponerla a sanciones estadounidenses.
Brujo Finance Company tenía un contrato para transportar el combustible en su buque Alkimos, desde Panamá hasta Aruba o Curazao. Sin embargo, el fletador Sea Energy le informó a la compañía que en Aruba debía transferir la carga al buque Beauty One, lo cual despertó sospechas de que el destino final de la gasolina era Venezuela, pues este tanquero atraca con frecuencia en puertos venezolanos.
«Por ello, Brujo Finance Company pidió garantías a Sea Energy de que la gasolina no iría al país suramericano, pero no recibió una respuesta satisfactoria», señaló Reuters.
Razón por la cual la naviera invocó la cláusula de sanciones de su contrato y llevó a Sea Energy a un arbitraje, lo que derivó en la posibilidad de subasta de la carga.
Con ello Brujo busca resarcir los daños y perjuicios por los honorarios en que incurrieron con Alkimos por la espera.
Mientras tanto, Sea Energy, el fletador, y ES Euroshipping, dueño de la carga, acusó a Brujo de robo y dijo que la operación no involucraba riesgo de sanciones porque el buque Beauty One, al que Alkimos debía trasladar el combustible, no está sancionado.
ES Euroshipping es propiedad del magnate venezolano Wilmer Ruperti, quien en abril hizo envíos de gasolina para el régimen, con el que mantiene lazos estrechos.
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